martes, 11 de febrero de 2014

JAIME GARCÍA-TORRES ENTRALA NOS RESEÑA SU NOVELA: "EL AROMA DE BITINIA"

Todos los escritores, al finalizar una novela, deseamos ser el centro de atención. Anhelamos las opiniones rápidas de los lectores y la reseña positiva de los críticos que impulsen nuestra obra a ser leída por todos. Pero esto no siempre sucede. ¿Alguien se ha preguntado qué siente el novelista al finalizar su obra? ¿Cómo definiría su trabajo una vez publicado?

Este cuestionario pretende transmitir la visión del escritor. Le preguntaremos sobre su novela y le daremos la oportunidad de promocionarla y hacerse autocrítica. En definitiva, será su manera de convencernos para que leamos su novela.

HOY NOS PRESENTA SU OBRA Jaime García-Torres Entrala

1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.

Mi nombre es Jaime García-Torres Entrala, y nací en Granada en 1965. Soy licenciado en Derecho por la Universidad de Granada y miembro de la Carrera Fiscal desde el año 1992. Actualmente ejerzo como fiscal en la Audiencia Provincial de Granada

2) ¿Cómo se llama tu nueva novela? 

El Aroma de Bitinia

3) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

El Aroma de Bitinia pertenece al género de novela histórica ambientada en Roma, y se desarrolla en el año 63 a.C.

El Aroma de Bitinia es una reivindicación del romano latino y republicano, que dista bastante del personaje que nos ha ofrecido la cinematografía clásica. Se ha intentado reflejar en la novela, sin censurar nada, a un romano auténtico, mediterráneo y con un marcado carácter hedonista, que buscaba el goce y el placer sin el sufrimiento que supone el peso de la conciencia moral, pues el Estado y la religión amparaban su conducta. La vida no era un valle de lágrimas en el que el hombre estuviese condenado a sufrir, pues tenía derecho al placer, y lo buscaba con anhelo.

4) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

Se ha publicado en papel, con la editorial Alfonsípolis de Cuenca. La obra ha sido galardonada con el IX Premio de Novela Histórica Ciudad de Valeria.

5) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido. 

Indudablemente el protagonista Marco Horacio, pues se trata de una trama de intriga, suspense, poder, corrupción, amor y desamor, que para el protagonista se convierte en una búsqueda obsesiva, en la que lo importante no es lo que pueda hallar al final del camino, sino lo que va encontrando por la senda que recorre, que no es otra cosa que a sí mismo. Y con él, nosotros descubrimos al auténtico romano.

6) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

La idea de escribir la novela surge de mi afición por la historia de Roma y por el género cinematográfico romano conocido como el peplum, en un deseo de romper con el código Hays de autocensura que sirve como patrón en todas estas películas, lo que provoca en ellas que todo gire en torno a una dicotomía artificial entre el bien y el mal, y donde el protagonista y el antagonista son figuras enfrentadas.

7) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla? 

La novela me ha llevado dos años de escritura y documentación simultanea, aunque quizás hubiese terminado la novela antes si hubiese podido dedicarle más tiempo, imposible por otra parte por la dedicación y el estudio al que me obliga el ejercicio de mi profesión.

8) ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

Cuando comienza el trabajo de documentación histórica afloran muchas curiosidades que pueden interesar al lector; y una, muy llamativa, fue descubrir que el flamenco era un espectáculo de música y danza que ya se conocía en Roma.

9) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

En mi opinión porque vamos a conocer a un romano distinto, hedonista y sin conciencia moral de pecado, pues no tiene un dios que le imponga un código moral de conducta y porque el Estado ampara su conducta.

10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella? 

El cuerpo de Cátula se encontraba tendido en la cama de su dormitorio, escasamente iluminado por cuatro velas. Las tres hermanas de Aulo, vestidas con estolas negras, proferían gritos desesperados ante el cadáver de su joven sobrina; y, junto a ellas, un grupo de plañideras de alquiler gritaban y lloraban al compás que marcaba la plañidera de mayor rango, dando en todo momento la entonación oportuna al lamento y recogiendo en los vasos que portaban las lágrimas derramadas. Aulo se encontraba separado del grupo, y al acercarnos a él para manifestarle nuestro pesar nos fue difícil reconocerlo, ya que se había depilado totalmente las cejas en señal de duelo y su rostro blanquecino se asemejaba a una máscara inexpresiva. 

Acto seguido se agarró con fuerza a mis brazos y comenzó a llorar de nuevo, desesperado, sin dejar de mirarme, mezclándose las lágrimas que salían a borbotones de sus ojos con el babear de su sollozo, intentando buscar en mí un consuelo que, para su desgracia, yo no podía darle. Y el llanto de Aulo, a diferencia del de las plañideras, era real y auténtico, sin necesidad de que nadie le marcara el tono a la intensidad de su dolor. Su hermana Aulina se acerco al lecho, besó a Cátula en la frente y cerró definitivamente sus ojos, mientras las plañideras cambiaban el lamento a otro más agudo. A continuación despojó al cadáver de todos los anillos y abalorios que portaba, mientras las otras dos hermanas rompían nuevamente en gritos y sollozos, coincidiendo con un mayor énfasis en el llanto de las plañideras. 

Aulo no daba crédito a lo que estaba sucediendo; y su mirada hueca, sin cejas, con el rostro iluminado por la de luz de las velas, era el reflejo vivo de la desesperación. Aunque Aulina sabía que Cátula ya no le podría contestar, se situó frente al cadáver y pronunció por tres veces su nombre para asegurarse de que estaba muerta y que su alma permanecería cerca del cuerpo hasta que fuese incinerada.

Las hermanas de Aulo depositaron el cadáver sobre una camilla de tela y le lavaron el rostro, los brazos y las piernas con una esponja y agua caliente. Ungieron su cuerpo con sal, miel y mirra y la cubrieron con su mejor túnica. Aulina le colocó una diadema de oro, depositó dentro de su boca una moneda y ordenó que la trasladaran hasta el atrio. Según había dispuesto Aulo, el cadáver quedaría allí expuesto durante tres días antes de trasladarlo al lugar de incineración fuera de los muros de Roma.

JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

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