sábado, 14 de febrero de 2015

JOSE VICENTE ALFARO NOS RESEÑA SU NOVELA "LA ESPERANZA DEL TÍBET"

Todos los escritores, al finalizar una novela, deseamos ser el centro de atención. Anhelamos las opiniones rápidas de los lectores y la reseña positiva de los críticos que impulsen nuestra obra a ser leída por todos. Pero esto no siempre sucede. ¿Alguien se ha preguntado qué siente el novelista al finalizar su obra? ¿Cómo definiría su trabajo una vez publicado?


Este cuestionario pretende transmitir la visión del escritor. Le preguntaremos sobre su novela y le daremos la oportunidad de promocionarla y hacerse autocrítica. En definitiva, será su manera de convencernos para que leamos su novela.

HOY NOS PRESENTA SU OBRA… (JOSÉ VICENTE ALFARO).

1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.
Nacido en Huelva hace treinta y ocho años, y apasionado por la literatura, poco más añadiría de mí, salvo que lo que yo pretendo conseguir es ofrecer siempre una historia entretenida, sin renunciar a trasladar al lector a un momento clave de otra civilización o cultura, probablemente desconocida para él. 

2) ¿Cómo se llama tu nueva novela?

“La esperanza del Tíbet”

3) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

Desde que acometí la escritura de una novela histórica, tuve muy claro que la situaría en el Tíbet. Un país que por su particular situación de aislamiento se mantuvo envuelto en un halo de misterio hasta hace bien poco. El libro, además, trata de conjugar dos aspectos muy diferenciados, pero complementarios entre sí: la vida dura y exigente de sus habitantes, condenados a poblar las áridas tierras del techo del mundo; junto al Tíbet de leyenda, poblado por sabios y ascetas legendarios dotados de poderes asombrosos. Y, desde luego, referirse al Tíbet implica sumergirse de lleno en la filosofía budista, omnipresente en todos los aspectos de la cultura y el folclore tibetano.

4) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

La novela se puede adquirir en Amazon tanto en formato ebook como en papel. La edición digital ya supera los 5.000 ejemplares vendidos y suma más de trescientos días en el top 100. En mi blog pueden encontrar más información: http://www.josevicentealfaro.blogspot.com

5) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.

Cada personaje refleja los distintos estratos en que se dividía la sociedad tibetana del momento. Algunos poseen un alma limpia, llena de paz interior. Y otros todo lo contrario. Los dos niños que protagonizan la novela suelen ser los personajes más queridos por los lectores. 

6) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

De pequeño siempre sentí cierta fascinación por el Tíbet y por los grandes lamas y yoguis legendarios aparentemente dotados de poderes asombrosos. Y tan pronto comencé a documentarme sobre la cultura tibetana y el budismo (es imposible separar el Tíbet del budismo), enseguida encontré numerosos elementos que me daban juego de sobra para la escritura de una novela.


7) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?

Aproximadamente dos meses en exclusiva, aunque realmente no dejé de documentarme a lo largo de todo el proceso de escritura.

8) ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

Me sorprendió conocer aspectos más profundos de la religión budista, muy desconocida en el mundo occidental

9) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

Se trata de una novela que engancha desde las primeras páginas, y al mismo tiempo que promete emociones y aventuras, nos acerca al budismo y al mítico Tíbet medieval.

10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella? 

“Al Karmapa se le apagaba la vida. Le había llegado la hora y él mismo, más que ninguna otra persona, era perfectamente consciente de ello. 

Un puñado de velas arañaba algo de luz a la penumbra que bañaba la estancia, dejando entrever un hermoso fresco pintado en la pared dedicado a Avalokiteshvara, la divinidad budista más popular entre los tibetanos. El incienso quemado como símbolo de purificación arrojaba un aroma intenso y penetrante, e impregnaba hasta el último rincón de los amplios aposentos. El Karmapa yacía en su lecho de algodón, casi agonizante, con un mala en las manos y un mantra en la boca. El mala —el rosario budista— lo tenía enrollado en la muñeca y, al tiempo que pasaba las cuentas, recitaba el incansable mantra de su propia creación, el célebre «Om mani padme hum», sin apenas mover los labios.”

JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

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