domingo, 30 de octubre de 2016

BLAS MALO NOS HABLA SOBRE SU NOVELA "LOPE, LA FURIA DEL FÉNIX"

1.- Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.

Soy ingeniero y escribo novela histórica. La ingeniería es mi trabajo alimenticio, aunque ya no puedo vivir sin la literatura. Me apasiona la historia, he dado conferencias divulgativas sobre diferentes periodos y he participado como recreacionista en diferentes eventos con el grupo BattleHonours. También he realizado rutas literarias por Granada sobre mis libros. Hasta ahora he publicado cuatro novelas históricas, todas con Ediciones B (El esclavo de la Al-hamrá, El Mármara en llamas, El señor de Castilla, y la última, Lope. La furia del fénix). Actualmente soy director de las Jornadas de Novela Histórica de Granada y presidente de la asociación cultural del mismo nombre que las organiza.

2.- ¿Cómo se llama tu nueva novela?

Se titula Lope. La furia del fénix (Febrero 2016, Ediciones B)

3.- Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

En este año 2016 que se celebra el centenario de la muerte de Cervantes, y en el que Cervantes y Quijote parecen abarcarlo todo, he querido dar luz sobre otros grandes escritores del Siglo de Oro. Con mi novela ilumino la figura de Lope de Vega, es el personaje central y transcurre en el s.XVII, y es el contrapunto a Cervantes, con el que se llevaba fatal. Y sin embargo, no había ninguna novela sobre él, siendo tan importante como el autor del Quijote. Su vida es increíble y llena de contradicciones. Mereció mi atención. 

4.- ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

Se ha publicado en ambos formatos de la mano de Ediciones B. Para quien quiera leer los primeros capítulos gratis, los puede encontrar en:

http://www.blasmalopoyatos.com/samples/Sample_LOPE_furia.pdf

5.- Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.

Lope, enorme e inabarcable, mantiene una difícil y complicada relación con Claudio Conde, su gran amigo, y que le otorga una gran humanidad. Sin duda es mi preferido. Este personaje existió, aunque hay pocos datos sobre él, salvo lo que el propio Lope nos dice. Con él hago juego de espejos y sombras frente a la vida de Lope; y es el mismo personaje que nos habla en la sinopsis de la novela. Luego por supuesto, están sus mujeres, de la que destacará Isabel de Urbina y Micaela de Luján, dos mujeres totalmente contrapuestas.



6.- Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

Enlazando a partir de otros personajes que me inspiran gran admiración y que como Lope, eran insomnes. El emperador bizantino Justiniano; los visires granadino Ibn al-Jatib e Ibn Zamrak; Don Juan, hijo del infante Manuel; y leyendo sobre grandes insomnes, llegué a Lope. Lo comenté con mi agente y me animó a escribir sobre él. No he quedado decepcionado: en más de una ocasión me he visto reflejado en los sucesos de su vida, cuatrocientos años atrás.

7.- La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?

Al principio del proceso de documentación, tenía serias dudas de poder realiza el proyecto. ¡Se ha escrito tanto sobre el Siglo de Oro y sobre Lope a nivel académico! Dejé reposar la idea un tiempo, y luego, cuando descubrí su faceta más humana, decidí que era esa faceta la que quería reflejar. Acercar el hombre al lector, fuera de la erudición académica. Durante los primeros seis meses leí biografías y teatro, y su amplia correspondencia epistolar. La escritura llevó otro año, durante el cual seguí documentándome y buscando pistas en su teatro. Él reflejaba su vida en sus comedias, con las que tanto éxito obtuvo para tirria de Cervantes. Se cuenta que escribió 1600 comedias. No, no me las he leído todas, pero sí he seleccionado algunas que me parecían más interesantes y que aportaban datos ocultos de su pasado.

8.- ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

Hay muchos detalles de su vida remarcables. Por ejemplo, cuando en pos de una mujer, de una amante que vivía en Toledo, era capaz de recorrer a caballo en un día la distancia que separaba Madrid y Toledo, ida y vuelta, para saciar su pasión. Seis horas ida; seis horas vuelta. O que era capaz de permanecer insomne tres o cuatro días, con tal de terminar los pliegos de una comedia comprometida. No sólo escribió una vastedad enorme de títulos, sino que le dio tiempo a vivir con gran intensidad, ¡y a revisar y reescribir varias veces sus obras! Mantuvo su energía vital hasta el final. Fue diestro con la espada, y no rehusaba los duelos, lo que le trajo bastantes problemas en su juventud. Incombustible, indestructible, como el ave fénix.

9.- ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

No sólo por ser pura evasión, es un canto a la vida y a la existencia de un hombre extraordinario y a la vez lleno de virtudes y defectos, donde nos veremos reflejados en más de una ocasión en sus sinsabores y sus triunfos. Recorreremos la España de la picaresca y de los galeones de Indias, del teatro y de la inquisición. Sevilla, Madrid, Valencia y Granada son sus escenarios de época principales.

10.- Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella?

Este es el inicio, podéis leer más en: www.blasmalopoyatos.com

CAPITULO 1

ALBIÓN

LISBOA, 27 DE MAYO DE 1588

Aquel tremendo devorador de vidas femeninas era insaciable. En el reposo que la noche daba al trajín de carreteros, yuntas de abastos, herreros y cordeleros, carpinteros y gentes de dinero, marinería sin un ochavo y galeotes encadenados, los muelles hervían de pasos y figuras embozadas, entrando y saliendo de tabernas y mesones y de los callejones más oscuros y lascivos de aquella ciudad tomada por la enorme armada que nunca antes rey español imaginara. La vida se bebía a grandes tragos como si fuera a agotarse, porque sólo quedaban dos días para la partida; así lo habían decretado los mandamases. Un frenesí dominaba la ciudad a los pies del río Tajo, y quien no estaba en confesión y remisión de sus pecados los estaba cometiendo todos juntos y en tropel por si no había nueva ocasión para ello. En la penumbra lujuriosa de mujeres gimientes y machos amenazantes el fresco aire marino sacudía los cartelones colgados, haciendo crujir cuerdas y eslabones, y bajo ellos Claudio corría de taberna en taberna, de lupanar en lupanar, con el resuello cortado por el agotamiento en busca de aquel a quien había perdido en aquella noche que ya acababa.

—¡El poeta, el poeta! —preguntó a una vieja alcahueta que reconoció, y sus palabras fueron atendidas mientras gemidos, risas y música marinera con coros borrachos escapaban a borbotones desentonados tras los postigos de las ventanas iluminadas por velas casi consumidas y candiles. La vieja le señaló la escalera, pero no se movió en tanto no recibió unas monedas en sus manos mugrientas, monedas que contó con vileza. Él ya había gozado con dos negras de las Azores y estaba exhausto; y su amigo, incontenible, había escapado del burdel en busca de nueva presa y nuevos goces. ¡Así es la vida, cuando se huele la muerte!

—¡Lope! ¡Maldita sea, dónde estás! —aporreó con ansiedad las puertas de los cubículos; un portugués del Algarve había aparecido a las voces de la alcahueta con aires chulescos y un puñal en la mano.


Al alboroto siguieron golpes en la portezuela, pero el buscado no los oyó. Se agarró con más fuerza a los bordes del lecho revuelto, él sobre ella. La llama de la vela se agitó y la hembra que aferraba se arqueó, llamando con los ojos cerrados a los santos que conocía mientras el hombre la hollaba por detrás entre sábanas sudadas de olor acre y las voces del pasillo; y sin poder resistirse más la mujer jadeó hasta gritar, seguido por el éxtasis del extranjero. Los quejidos de los largueros cesaron, llegó el reposo; los amantes se besaron y sonrieron aliviados de sus afanes, derrumbados sin aliento en la penumbra disfrutando del calor de la carne. Y el perfil de la mujer, satisfecho, voluptuoso, con sus largas pestañas y su largo cabello negro revuelto a un lado, le inspiró nuevos versos que paladeó un instante antes de que los golpes volvieran a sonar en su puerta, que se abrió de repente.

—¡Lope, por todos los santos! —El guardián no dejaba de mirarles desde el quicio. La mujer, soñolienta, ni se molestó en cubrirse—. Que pronto amanecerá. ¡Poeta loco! ¡Apresúrate o nos quedaremos en tierra! ¿Ganar honra, no era eso lo que queríamos? ¡Venga, la ropa, la capa, la espada, el sombrero, ponte las calzas, el calzado! 

—Tengo sed. —No dejaba de mirar a la mujer, que medio sonrió, mostrando su sexo velludo, sus carnes acogedoras, sus pechos generosos. Ella no apartaba su vista de aquel hermoso cuerpo de hombre joven, lampiño y bien dotado— ¿No hay más vino? ¿Me dejarás en ayunas?

Claudio no pudo menos que reírse. El del Algarve repiqueteó en las jambas, resoplando. Dio una voz de advertencia; la portuguesa suspiró.

—Volverás, español loco.

Lope se anudó las calzas y el pantalón, y buscó su bolsa gastada y casi vacía mientras se ponía la camisa, arrugada sobre un arca.

—Aquí están mis últimos escudillos, ¡tristes testigos de Madrid!

—Guárdalos; yo no cobro a los que me placen cuando disfruto —y ella, con sorna burlona, hizo un ademán altivo mientras cubría su fecunda desnudez con la sábana deshilachada. 

Claudio arrancó de la mano de su amigo varias de aquellas monedas, las tendió al guardián y con una reverencia guasona los dos calaveras dejaron casa, alcahueta y callejón, borrachos de cansancio. El alba llegaba, desvaneciendo estrellas en el este. Lope se volvió y lanzó un beso con la mano a la fachada. Una mujer no dejaba de observarle desde la ventana en penumbra.

—¡Vino, Claudio! —dijo Lope, bostezando.

—Otra más, encoñada. ¿Y cuántas van, oh insaciable? —se burló su amigo.

—¡Cuántas! No las he contado. ¡Allí, al horno! ¡Huelo pastel de carne!

domingo, 23 de octubre de 2016

LUIS GARCÍA JAMBRINA NOS HABLA SOBRE SU NOVELA: LA CORTE DE LOS ENGAÑOS

1.- Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.

-Soy novelista y profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Salamanca. En cuanto a mi formación, soy doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y máster en Guion de Ficción para Cine y Televisión por la Universidad Pontificia de Salamanca. He sido crítico literario durante muchos años y he cultivado con cierta asiduidad el ensayo. Después de publicar dos libros de cuentos, di a la luz mi primera novela, El manuscrito de piedra (Alfaguara, 2008; Ediciones B, 2014), galardonada en 2009 con el prestigioso Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza, de la que han aparecido numerosas ediciones y varias traducciones. Después he publicado, con éxito de público y crítica, El manuscrito de nieve (Alfaguara, 2010; Ediciones B, 2016), En tierra de lobos (Ediciones B, 2013), La sombra de otro (Ediciones B, 2014) y Bienvenida, Frau Merkel (Salto de Página, 2015).

2.- ¿Cómo se llama tu nueva novela?

-La corte de los engaños (se publicó el 4 de octubre de 2016)

3.- Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.

-La novela se centra en un acontecimiento histórico no demasiado conocido que pudo cambiar el rumbo de España y de Europa: el atentado sufrido en Barcelona por el rey Fernando II de Aragón. En ella se hace un recorrido por un año decisivo 1492. Y se sitúa fundamentalmente en dos ciudades singulares: Granada y Barcelona. Pero lo más importantes es que está narrada y protagonizada por tres mujeres extraordinarias: Beatriz Galindo la Latina, maestra de latín y dama de la reina; Catalina de Dalt, una noble catalana ambiciosa y sin escrúpulos; y Sara Dertosa, una joven judía con un destino incierto. Entre las tres, nos ofrecen una mirada distinta y más profunda de la época y de la corte de los Reyes Católicos. Es una época, por cierto, de grandes mujeres, empezando por la reina.

4.- ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

-Se ha publicado en papel y edición digital por la editorial Espasa. www.planetadelibros.com

5.- Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.

-Beatriz Galindo representa la mayor cercanía a la corte, Catalina es la que se enfrenta a los reyes de una manera abierta y Sara es una víctima inocente de las decisiones reales. Para mí ha sido un gran reto ponerme en la piel de tres mujeres tan diferentes y de una época tan lejana a la mía y tratar de empatizar con ellas, y, sobre todo, que resulten verosímiles. En principio, mi favorita es Sara, la joven judía que sufre en sus carnes y en las de su familia el decreto de expulsión de los judíos de España. Esa trágica experiencia la hace madurar de golpe y la convierte en una mujer valiente y luchadora, capaz de casi todo, sin dejar de ser fiel a la memoria de los suyos. La que más problemas me ha causado fue Catalina de Dalt; no en vano es una mujer muy rebelde, díscola y sin escrúpulos, pero, al final, es la que más me conmueve. Beatriz es la más equilibrada y, por otro lado, la más compleja y heroica.

6.- Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

-Hace años, cuando preparaba mi primera novela, El manuscrito de piedra, me topé con este sangriento suceso, que enseguida me fascinó; de hecho, aludo ya al atentado en esa novela. Pasado el tiempo, volví a él y decidí convertirlo en el eje central de La corte de los engaños. Por un lado, es un acontecimiento histórico que tiene una gran relevancia, pues, si el rey hubiera muerto —y la verdad es que estuvo a punto de perecer—, habría cambiado de forma notable la Historia de España y de Europa. Por otro, es un suceso lleno de intriga y de misterio en el que se dan cita las conspiraciones políticas, los deseos de venganza, las pasiones desatadas, la piedad y la violencia, el amor y el odio…


7.- La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?

Mis dos primeras novelas se sitúan ya en esa época; así que ya tenía buena parte del camino hecho. Luego me leí todo lo relativo al atentado, que tampoco es demasiado. Y, por último, me documenté mucho sobre Granada y Barcelona en ese momento. Fueron varios meses de trabajo previo al de escritura. Pero lo importante es saber seleccionar y dosificar la información. 

8.- ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

-Sobre Beatriz Galindo no hay demasiada documentación, a pesar de ser la mujer más culta de su época, al menos no la hay sobre la época que a mí me interesaba. Pero poco a poco fui descubriendo algunos datos, a veces entre líneas, que apuntaban a una posible relación entre el rey Fernando y ella, que era muy guapa. Ese suceso marcará la vida de esta dama y consejera de la reina. Pero no puedo contar más.

9.- ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

Porque ofrece una mirada nueva y distinta sobre el momento más decisivo de la Historia de España; porque trae al presente un acontecimiento muy relevante, pero poco conocido y poco tratado; y, sobre todo, porque nos ofrece un retrato en primera persona de tres mujeres extraordinarias, cuyos relatos se entrelazan para tejer un gran tapiz en el que se mezclan las historias particulares e íntimas con la Historia general y colectiva. 

10.- Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella?

[Así comienza el relato de Beatriz Galindo:]

Hay años en los que los acontecimientos se suceden y eslabonan de tal forma que apenas tenemos tiempo de asimilarlos; años en los que las vidas y destinos se entrelazan y bifurcan una y otra vez; años en los que todo parece pender de un hilo tan sutil que en cualquier momento podría romperse. Años, en fin, de incertidumbre, de encrucijada, de expectación… El de 1492 fue uno de esos periodos. Naturalmente, no todo lo que en él ocurrió fue bueno ni justo ni encomiable; de hecho, yo aún no sé muy bien cómo calificarlo. Annus mirabilis aut horribilis? (¿Año maravilloso u horrible?). Para unos, sin duda, fue un annus mirabilis; para otros, más bien horribilis. Para mí, Beatriz Galindo, fue el mejor y el peor de los tiempos, pues en él se entremezclan hebras de oro con las de lana negra, lo que me ha dejado, desde entonces, una extraña sensación agridulce en la memoria…

[Así comienza el relato de Catalina de Dalt:]

Con razón dicen que las malas noticias viajan a caballo y las buenas a pie. La de la caída de Granada debió de hacerlo en un corcel volador, pues llegó a Barcelona al poco tiempo de haberse producido, cogiéndonos a todos por sorpresa y con el pie cambiado. Cuando digo a todos, me refiero, claro está, a los míos, a los de mi estirpe, y, por extensión, a los pocos nobles levantiscos que aún quedaban en Cataluña. Después de tantos años de campaña, la mayoría de nosotros pensábamos que la guerra contra el reino de Granada se había estancado de forma indefinida. Y hete aquí que, de repente, nos llegaban nuevas de que Isabel y Fernando, Fernando e Isabel, pues la verdad es que estaban hechos el uno para el otro, aunque en un principio ninguno de los dos estuviera destinado a ser rey, acababan de entrar en la Alhambra con grandes muestras de poderío y magnanimidad…

[Así comienza el relato de Sara Dertosa:]

Los recuerdos se agolpan y entremezclan de tal forma en mi corazón que me resulta muy difícil ordenarlos e insertarlos, como si fueran las cuentas de un collar, en este relato al que ahora doy comienzo para que, en el futuro, puedan leerlo mis hijos y los hijos de mis hijos y las sucesivas generaciones, porque ellos tienen derecho a saber de dónde vienen y quiénes fueron sus antepasados, los lugares en los que hemos vivido y lo mucho que hemos sufrido hasta llegar aquí. Corría el año 5252 de la Creación, que, en el calendario vulgar, se correspondía con el de 1492 de la era cristiana, de infausta memoria para nuestro pueblo por lo que aconteció en Sefarad. En los meses previos, pocos fueron los que presagiaron que algo así iba a suceder. Ninguno de nuestros sabios astrólogos observó nada extraño en la disposición de las estrellas. Ningún profeta nos avisó con la debida antelación de que debíamos prepararnos…

miércoles, 12 de octubre de 2016

LUIS ZUECO, AUTOR INVITADO A LAS VI JNHG, NOS HABLA SOBRE SU NUEVA NOVELA: "LA CIUDAD"

1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.

Soy Luis Zueco, nací en Borja (Zaragoza) hace 37 años, soy Ingeniero Industrial y Licenciado en Historia, trabajo dirigiendo un hotel con encanto en un castillo medieval. Publiqué mi primera novela histórica en 2011.


2) ¿Cómo se llama tu nueva novela? 

La ciudad, es mi quinta novela. En todas ellas he buscado sorprender al lector, con está todavía más si cabe.

3) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella. 

Se ubica en el Señorío de Albarracín, independiente desde hace más de siglo y medio, justo cuando va a ser asediado por la Corona de Aragón en el año 1284. Pretende trasmitir un momento histórico muy olvidado, cuando los reinos cristianos en vez de concluir la reconquista se vieron envueltos en guerras internas que la retrasaron doscientos años. Es el inicio de la Baja Edad Media, la reactivación del comercio, el inicio de un nuevo concepto de monarquía y toda una serie de cambios sociales, religiosos y políticos.

4) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

En ambos por Ediciones B, en papel no solo en España, también el Latinoamérica.

5) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.

Sin duda Alodía, es la clave de toda la novela a pesar de que no aparece hasta bien entrada la trama. Yo creo que los personajes son las piezas más importantes de todo libro, por eso me esfuerzo tanto en crearlos.

6) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?

Terminada mi anterior novela, El castillo, que está ambientada en el castillo de Loarre en Huesca en el sigo XI. Me pregunté que sería de estas gentes del Pirineo cuando conquistan el rico Valle del Ebro y se expanden por el Mediterráneo y el Sur. Pensé en una sociedad muy distinta, a pesar de seguir en la Edad Media, y tuve la imperiosa necesidad de explorar ese nuevo escenario. 

7) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?

Yo siempre estoy recopilando información, luego puedo tardar años en utilizarla por lo que es difícil medir el tiempo real que me llevó documentarme. Pero no menos de año y medio o dos años.


8) ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?

De la lectura de publicaciones sobre los libros de magia que poseía el rey Alfonso X el Sabio. Investigué más el tema y me pareció realmente fascinante, ya que eran los más números de todo su Scriptorium.

9) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

Yo siempre pienso en el lector, no escribo lo que me gustaría leer a mí, ni escribo por necesidad. Lo hago porque me gusta crear tramas y personajes que fascinen a los lectores, situarles en escenarios y épocas que les asombren; y sobre todo sorprenderles. Creo que está novela es muy ambiciosa en ese sentido, mezcla géneros, está llena de giros en la trama, es tremendamente misteriosa y original. Está construida para que los lectores disfruten con ella.

10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella? 

La novela se inicia así:

Se encontraba protegida por altas y agrestes montañas, en lo más profundo de un valle horadado por el curso de un río que se alimentaba de las abundantes nieves del invier­no. Tan solo se podía acceder hasta ella por un estrecho desfila­dero que conducía hasta sus murallas, impregnadas del color rojizo proveniente de la peculiar piedra que se extraía de su sie­rra, rodeada de altos cerros coronados por castillos y torres que, desafiantes, la defendían contra los numerosos enemigos que ansiaban poseerla.

Jamás había sido tomada por las armas. A ningún rey ni em­perador debía vasallaje. Libre e inconquistable, a pesar de estar ubicada entre cuatro poderosos reinos cristianos.

A él le gustaba recordarlo cuando se encontraba solo ante sus murallas, como aquella desapacible noche.

sábado, 8 de octubre de 2016

TERMINAL DE LA ACERA DEL DARRO EN 1966


TERMINAL DE LA ACERA DEL DARRO
23 Mayo 1966.

Por Dídimo Ferrer

A tres años escasos de que, como leemos en un artículo de Carlos Peña Aguilera, se suprimieran las dos únicas líneas urbanas del tranvía, la 10 y la 11, en 1969, y pasados diez desde que el transporte colectivo de autobuses comenzase a expeler sus humos a todo trapo y a sacarle lustre con sus gruesas cubiertas al acero de aquellos huérfanos rieles, un tranvía de servicio por una calle de Granada sería ya por entonces un mirlo blanco en tránsito y en espera de dejar bien atrás muy probablemente estas avenidas por una de las calles de nuestros pueblos a los que tocó en suerte, cincuenta años antes, la privilegiada conexión hasta la capital gracias a este medio de locomoción que ya se lo habían rifado las más importantes localidades del cinturón tan ansiosamente como lo han hecho de nuevo algunas de ellas hace cuestión de pocos años. 
Por Reyes Católicos e incluso por las más generosas calzadas de la Gran Vía parece, sin embargo, que terminaron por hacer penosa figura, propia de tiempos ya muy pretéritos, a los ojos y al bolsillo de algunas de las autoridades municipales que, como ahora, vivían al dictado de su presente, tan efímero para sus actores como perdurable para sus herederos y legatarios que suelen ser, para lo bueno, unos cuantos y, para lo malo, la anónima mayoría. Hecha esta advertencia en honor del área metropolitana, de cuyo nombre proviene curiosamente ese orgulloso atributo de una gran urbe, su metro, y aunque nace con el desarrollo de pequeños núcleos de población adyacentes, a veces son menospreciados por la propia ciudad madre, en la última edad del tranvía éste se había convertido en un anticuado regalo hecho por la periferia a las calles, avenidas y plazas de Granada, aunque ella misma se había desprendido casi por entero de semejante obsequio como de un inútil trasto poco digno de su rango y condición capitalina. Hasta 1969, conforme leemos en laboriosos estudios dedicados a este asunto expresamente citados al principio de nuestro comentario, o, ateniéndonos al año de alguna fotografía fechada por su autor, en 1970, solo sobrevivieron dos líneas urbanas, la número 10 “Triunfo-Alhóndiga-San Antón”, y la 11, “Puerta Real-Bomba”, aunque con un trayecto más recortado, que, en el caso de esta última, poco estorbo ocasionaba en su discurrir por el mismo centro del primitivo Embovedado hasta el bucle entorno a la Fuente de las Batallas, el giro más práctico, cómodo y efectista para las antiguas líneas urbanas, o el elegante recorrido en doble sentido por los carriles exteriores de la Carrera hasta ganar el Salón, la Bomba o el Humilladero. Justo esta zona y, al otro lado de la ciudad, en el Triunfo, igualmente provisto por entonces de parecido desahogo y el lujo de su frondosa arboleda, se había destinado desde los años cuarenta para terminal de las líneas suburbanas 1ª, Granada-Padul-Dúrcal y la 4ª, Granada-Gabia La Grande. Incluso como una deferencia hacia los usuarios de la línea 5, con destino a la Zubia, se había concedido al último coche de este servicio salir de la misma Fuente de las Batallas, por encontrarse más cercana al centro. 
Para los nostálgicos de cualquier suerte, los inconfesos o los empedernidos, encontrar fotografías de este epicentro de nuestra ciudad frecuentado por la reliquia de este escaso tráfico tranviario, aún en milagrosa vida, puede ocasionar un arrebato de la más pura y sentida añoranza. Personalmente creo que las mejores tomas son las más ajenas a la artificiosa espectacularidad de algunas postales que, contrariamente a éstas, retratan sin extraños aderezos un hecho tan anodino por entonces como aguardar, subir o bajar de uno de aquellos vehículos que se desplazaban, como consideramos de lejos a aquella época, sujetos a la morosa y narcotizante órbita fijada indefectiblemente por sus carriles de hierro, indiferentes a esa agitación propia de la ciudad, refugio móvil para sus pasajeros. En la fotografía vemos a muchos de ellos abordar el coche bogie nº 23, habitual en las líneas del noroeste y del sur de la capital en una de las paradas terminales asignadas a las líneas 1, la de Dúrcal, y la 5, como hemos dicho, la de la Zubia. No existía, a lo largo de la propia Acera del Darro, una conexión directa por tranvía con la próxima Fuente de las Batallas, pero sí había desde este punto un acceso al mismo puente del Genil, el primero y único que aguantaba todo el tráfico orientado allende el río en dirección a Armilla. A la salida de dicho puente se bifurcaba o continuaba la línea en dos, bien hacia el Humilladero, la parada más bulliciosa de nuestros tranvías con el famoso Rancho Grande como sala de espera, bien hacia la acera próxima a este edificio captado por la fotografía que, adosado a otro, ahora reedificado, quedaba casi en línea con el lado del puente reservado al paso del tranvía, justo bajo los postes de sus catenarias. A finales de los cincuenta la calle, que quedó bautizada con el apodo de Filomatic, fue objeto de una renovación en su pavimento y aceras que, contrariamente a lo que pudiera suponerse por esta denominación popular, estaba adoquinada, tal y como vemos en fotografías de este tramo de la calle tomadas bien avanzada la década de los sesenta, incluso con la rotulación de Acera del Darro. El hotel Sudán, Metropol y Avenida, además de la estación de autobuses situada casi frente a esta parada del tranvía, convirtieron esta avenida, aún sin la prolongación directa del nuevo puente, en una arteria más capaz y con pretensiones de cerrar aquel capítulo de su historia cuando fue, a este lado del río, un paredón ciego y corrido de los edificios de la Carrera de la Virgen, cuyo camarín y su enrejado jardincillo habían recogido durante tanto tiempo el último suspiro del Darro a cielo abierto. 
En consonancia con los aires de esa década, aunque no necesariamente fuera así en el variado y obsoleto material móvil de la sociedad anónima Tranvías Eléctricos de Granada, el tranvía de la imagen, nº 23, salió de los talleres de la propia empresa junto a otros cinco de su serie entre los años 1957 y 1959, para inaugurar con este último impulso los aires de desarrollismo que suponían para su parque móvil comodidades en su interior y un baño de color que, como en los autobuses urbanos, era también azul desde 1963. La aerodinámica no llegaba, como en otros coches, a afilar más picudamente su frontal pero sí se mejoraban la calidad de sus 48 asientos, las puertas eran plegables y acristaladas con unas ventanas de corredera, en lugar de las tradicionales de guillotina que, como señala el profesor D. Agustín Castillo Martínez en su documentado y apasionante trabajo sobre los tranvías históricos de Granada, amortiguaban considerablemente el traqueteo de los más viejos tranvías. En ese día de mayo no hubo necesidad de añadir un remolque que, en alguna fotografía de la misma parada corresponde a los números 32 y 33, conocidos en nuestra ciudad como zapatones, para aumentar el número de pasajeros. Tal vez por ese motivo los vemos ese día más apurados por montar en el vehículo que los llevaría en un viaje que, si desde el Triunfo hasta la plaza del Matadero era calificado por José Acosta Medina de “sideral”, lo aproximaríamos hoy a una excursión de placer hecha en un mimado tren de época. Estos paisanos, con sus trajes, sus cestas y sus bultos, de regreso a su pueblo, eran en aquel momento y sin percatarse de ello la última generación de usuarios que recibiría en el apacible trayecto por las Vegas y las laderas del Valle los verdaderos y enervadores mimos de su viejo compañero de infancia y adolescencia. Nosotros solo lo degustamos hoy de prestado y en foto.

domingo, 2 de octubre de 2016

ANA MORILLA PALACIOS NOS HABLA SOBRE "CERVANTES TIENE QUIEN LE ESCRIBA"

HOY NOS PRESENTA SU OBRA Ana Morilla Palacios que, junto a Carolina Molina, coordinó Cervantes tiene quien le escriba, un libro de relatos históricos escritos por destacados autores sobre el Príncipe de los Ingenios.

1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.

Soy coach literario y me encanta organizar talleres de novela histórica. Dirijo la editorial Artificios, un proyecto recién nacido, pero con muchas ilusiones y ganas de abrir una línea de novela y relato histórico. Mi trabajo siempre ha estado ligado a la gestión cultural, y me encanta la divulgación de la historia, de hecho, fui subdirectora de la revista granadina de historia Garnata, y coordiné en 2013 junto a Carolina Molina las I Jornadas de Novela Histórica de Granada, dirigidas por Blas Malo.

2) ¿Cómo se llama vuestro libro?

Cervantes tiene quien le escriba. Un título que juega con una de las conocidas novelas del boom hispanoamericano porque Miguel de Cervantes apenas escribió ni recibió cartas personales a lo largo de su vida, solo de asuntos relacionados con su trabajo de funcionario. Por eso queríamos que veinte escritores, novelistas históricos principalmente, escribieran un relato para él: María Pilar Queralt del Hierro, José Calvo Poyato, Antonio Gómez Rufo, Alfonso Mateo-Sagasta, Luis García Jambrina, Baltasar Magro, José Vicente Pascual, José Luis Muñoz, Nerea Riesco, Ramón Acín, Francisco Morales Lomas, Olalla García, Brígida Gallego-Coin, Herminia Luque, Alfonso Cost, David Yagüe Cayero, Víctor Fernández Correas, Francisco Gallardo, Carolina Molina y, con toda modestia, yo misma. Veinte autores de los cuatro puntos cardinales de España que homenajeamos así al genio.

3) Dinos, lo más resumido que puedas, cuáles son los temas centrales del libro, en qué tiempos se desarrollan los relatos, y qué han querido los autores transmitir.

Don Miguel y el tiempo que le tocó vivir fue nuestra inspiración: sus conflictos y pasiones; sus amores y familia; sus amigos y enemigos, otros escritores que formaron parte del maravilloso universo del siglo de Oro; sus criaturas literarias; la impresión en la estampa de sus obras; o el porqué de su afición al teatro; y por supuesto cuestiones como el destino de los moriscos, la batalla de Lepanto, el cautiverio en Argel o la cárcel en Sevilla, entre otros. Cada cuento es distinto y original, una aproximación singular a una faceta no siempre conocida de su vida, de su época o de su obra.


4) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.

Cervantes tiene quien le escriba ha sido publicado en papel por la editorial Traspiés, en la colección Breves, y está a vuestra disposición en todas las librerías. Nos enorgullece que el libro estuviera presente en la exposición del centenario de Cervantes que organizó la Biblioteca Nacional. La portada, diseño del artista Joaquín Peña-Toro, una revisión en clave contemporánea del mito, forma ahora parte de una exposición de pintura homenaje a Cervantes y a Shakespeare. Todo sobre el libro en http://www.traspies.com/breves/cervantes-tiene-quien-le-escriba/

5) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de los personajes de este libro y dinos cuál es tu preferido.

Todos los que aparecen retratados en Cervantes tiene quien le escriba interesan, pues forman parte indisoluble de Cervantes, especialmente su “enemigo” Lope de Vega, así, entre comillas porque parece que no lo fue tanto, y su amigo Quevedo; o las gentes del teatro como Lope de Rueda; o los hijos de su imaginación como don Quijote y Sancho, el morisco Cide Hamete Benengeli o la pastora Marcela, ejemplo de mujer libre; los maestros impresores Juan Gracián y su esposa, o el librero del rey, Blas de Robles; el envidioso fraile Juan Blanco de Paz, contra cuyas graves acusaciones tuvo que defenderse; incluso doña Juana la Loca aparece en estos cuentos. Mis favoritos, por lo exótico, los de Berbería, Hasán el Veneciano, bajá de Argel, y su esposa, hija del embajador del gran turco y viuda del rey de Fez. 

6) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de recopilar estos relatos?

El libro nace con motivo del IV Centenario del fallecimiento de Cervantes (1616-2016). Carolina Molina, “inventora” de la idea, me propuso coordinarlo junto a ella, de lo que estoy francamente orgullosa. Implicó mucho esfuerzo, como en cualquier libro colectivo, pero Carolina y yo hace tiempo que somos amigas y colaboramos bien juntas, ambas somos tenaces y desplegamos una gran capacidad de trabajo, algo imprescindible para llevar a cabo cualquier proyecto editorial. Los autores, amigos y amigas, se prestaron rápido, generosa y desinteresadamente, pues donaron sus derechos de autor a una oenegé. Casi desde el principio, la editorial Traspiés se ofreció a editarlo, lo que nos llenó de alegría pues conllevaba una excelente edición y distribución. 

7) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?

Escribir sobre la historia en cualquiera de sus narrativismos, ya sea novela, relato o un artículo científico o divulgativo, conlleva esfuerzo y tiempo; por la búsqueda necesaria de documentos, de lectura y anotación de los mismos, y por el proceso final de escritura, quizá más largo en la novela pero más complejo en el relato. Comenzamos con Cervantes tiene quien le escriba el año pasado, en 2015, había que dejar tiempo suficiente para que los escritores pudieran documentarse y escribir sin prisa.

8) ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en estos relatos?

El lector encontrará cientos de referencias literarias; el microcosmos del hampa y la picaresca del siglo de Oro, en las calles y dentro de las cárceles; el mundo de los galeotes y los cautivos de Berbería; el de los soldados y la guerra. Inquietante me parece lo que tenga que ver con sus hermanas, las Cervantas, independientes hembras de armas tomar; o la valentía de Cervantes, que está bien acreditada. Pero por encima de todo me fascina el triángulo amoroso que pudieron formar Hasán el Veneciano, su esposa, y don Miguel, solo que no sabemos con cuál de los dos tuvo amores, o si los tuvo con los dos, o seguramente con ninguno… 

9) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?

Porque Cervantes es el más grande autor español de todos los tiempos, el del Quijote, sí, pero también el de las Novelas ejemplares, el Persiles, la Galatea, las comedias y entremeses, o el Viaje al Parnaso. Cervantes tiene quien le escriba nos ayuda a conocer mejor al escritor que cambió la novela y la literatura universal. Y porque veinte escritores nos hablan de él, veinte buenas razones para leer el libro.

10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella? 

Es imposible escoger entre tantos y tan buenos relatos. Como debemos seleccionar algún fragmento lo haremos del prólogo del libro, que enmarca y aúna todos los textos. Narrado por la voz del propio Cervantes y escrito por María Pilar Queralt del Hierro.

“Del origen de los huesos que aquí reposan

Sepan quienes estas líneas leyeren que la carne que estos huesos soportaron perteneció a quien fue soldado cautivo, recaudador de impuestos, escritor de éxito y hombre de muchas miserias. Mas no lo recuerden vuesas mercedes como tal, sino por sus libros, que esos su alma fueron y, como bien nos enseña la Santa Madre Iglesia, más vale alma inmortal que carne perecedera. Los siglos y la historia, en su sabiduría, así lo han querido, y las sombras que cubren mi memoria dejan así paso al sol que ilumina mi obra.

Mi nombre es Miguel de Cervantes Saavedra. Nací, o eso me dijeron que memoria no guardo de ello, en la docta Alcalá de Henares en 1547, justo cuando nuestro César Carlos alcanzaba la victoria en Mühlberg y, para salvación de nuestras almas, acababan de iniciarse las sesiones del Concilio de Trento. Aseguran también que era el día del santo arcángel, san Miguel y de ahí el nombre que me impusieron al recibir las aguas bautismales en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor.

Quiso la suerte que fuera el tercero de los cinco hijos vivos del hidalgo Rodrigo de Cervantes y de su esposa, Leonor de Cortinas. Llegué, pues, a su hogar después que lo hicieran mis hermanas, Andrea y Luisa, y antes de Rodrigo y de la pequeña Magdalena. La hidalguía de mi padre y su profesión de cirujano-barbero no eran garantía alguna de consideración social o de importante patrimonio. Por el contrario, las estrecheces económicas nos acecharon hasta tal punto que mi padre, que gloria haya, se decidió a buscar mejor fortuna primero en la cortesana Valladolid, y luego en Córdoba y Sevilla. Pero, como si de un augurio de lo que iba a ser mi vida se tratara, lo único que encontró en su camino fue una serie de dificultades y deudas que acabaron por dar con sus huesos en la cárcel…”.

JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

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