Todos los escritores, al finalizar una novela, deseamos ser el centro de atención. Anhelamos las opiniones rápidas de los lectores y la reseña positiva de los críticos que impulsen nuestra obra a ser leída por todos. Pero esto no siempre sucede. ¿Alguien se ha preguntado qué siente el novelista al finalizar su obra? ¿Cómo definiría su trabajo una vez publicado?
Este cuestionario pretende transmitir la visión del escritor. Le preguntaremos sobre su novela y le daremos la oportunidad de promocionarla y hacerse autocrítica. En definitiva, será su manera de convencernos para que leamos su novela.
HOY NOS PRESENTA SU OBRA BRIGITE PIEDFERT
1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.
Me llamo Brigite Piedfert, soy francesa. Enseño el castellano en un colegio francés de Normandía y compagino mi trabajo con la escritura. Mi primer libro se publicó en 2012 ; normalmente suelo escribir en francés, excepto unos dos textos que escribí en español. Al principio de la redacción de mi primer libro, la idea era traducirlo al castellano ya que, tanto la parte desarrollada en Normandía como la que transcurre en Navarra, pueden interesar a lectores franceses o españoles, por ser nuestra historia estrechamente vinculada en los años 1350. Pero al final desistí para dedicarme por completo a la escritura.
2) ¿Cómo se llama tu nueva novela?
La Vengeance de Thybaudin, o sea La venganza de Thybaudin.
3) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.
La novela transcurre durante la Guerra de los Cien Años. Es el segundo tomo de una saga medieval en tres partes que se titula Le vent d’Ecorchevel (El viento de Ecorchevel), que nos lleva de Normandía a Navarra ya que el conde de Evreux en 1349 también era rey de Navarra, era Carlos II, apodado más tarde el Malo. Enguerrand, un guerrero sanguinario, aniquiló la vida de Thybaudin, que es un modesto criado encargado de cazar los animales dañinos de su dominio. Este señor mató a Almodis, su primer amor, lo mutiló y Thybaudin se obsesiona con la idea de vengarse de él. A lo largo de la novela, idea un plan para cumplir su venganza y el castigo de Enguerrand. Tanto el señor como Thybaudin, su víctima, son dos seres calculadores, caracterizados los dos por su falta de escrúpulos e incluso de moral para cumplir con sus fines. Lo que me gustó explotar de aquella época fueron los lazos estrechos que existían entre Normandía y Navarra, seguir los pasos del rey Carlos II de Navarra por medio de héroes que lo acompañan hasta Navarra o esperan su vuelta a Normandía. Los monarcas navarros hicieron muchas idas y vueltas entre sus dos posesiones e incluso podemos ver en la catedral de Evreux testimonios de su presencia; si nos dignamos observar las vidrieras, podemos descubrir en ellas las cadenas tan características del escudo de Navarra.
4) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.
Es mi segundo libro y se publicó en papel. Mi editor no planea la edición digital actualmente; es un editor normando, ubicado cerca de Bayeux, la ciudad del tapiz de la reina Matilde. La editorial se llama Editions Orep, el sitio es www.orepeditions.com
5) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.
Mi personaje preferido es el malvado de la historia, ¿Cómo iba a ser de otra forma? Me parece que refleja bastante bien la mente de los jefes de compañías de soldados completamente despiadados de la Guerra de los Cien Años, cuya barbaridad nos pone los pelos de punta. Las fuentes citan a personajes que asaron a otros, dieron de comer sus cuerpos a familiares, y Enguerrand es de esta calaña, aunque a lo largo de la novela va humanizándose al descubrir el amor de una chica navarra, Paquita, de la que se enamora locamente.
6) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?
La idea partió de mi árbol genealógico en el que tenía a un ancestro lejano que era criado de un duque. Me puse a pensar e imaginar cuáles podían ser las relaciones que existían entre dos personas de origen social tan diferente, visité la región de la que procedía aquel ancestro, era la región de Eure en Normandía, y al investigar en la historia local, me encontré con que el conde de Evreux no era sino un Navarro, el rey Carlos II. Me sedujo la oportunidad de reunir en mi novela las dos regiones, pudiendo así vincular mi región natal con el idioma que sigue apasionándome, el español.
7) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?
Creo que dediqué casi un año reuniendo documentación, escribiéndola y al mismo tiempo sacando fotos de lugares que visité y que me inspiraron tanto en Francia como en España.
8) ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?
Al investigar, hallé que el suplicio reservado a los falsarios era morir hirviendo en una caldera, y por casualidad encontré un nombre de lugar en la parte de Normandía en la que se desarrolla la acción de mi novela, que decía “La Marmite au Curé”, lo que significa la olla del cura. Imaginé que allí vivía un cura que se libró por poco de aquel castigo.
9) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?
Por muchos aspectos: intenté volver a dar a conocer lugares que antaño tenían prestigio, una historia local rica en acontecimientos y vinculada con España, tratando de aproximarme lo más posible a la mentalidad de aquella época. Mi héroe es un personaje negrísimo, a la vez capaz de emocionarse ante una injusticia o la muerte de un compañero, metido en enredos y líos rocambolescos y sometido a la venganza de un personaje que demuestra ser tan despiadado como él.
10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella?
(Después de muchos años, Enguerrand vuelve a Normandía, y sin saberlo, al entrar en una botica, topa con su hijo bastardo al que Thybaudin raptó de niño. Su propio hijo decidió involucrarse en la venganza de Thybaudin ya que Enguerrand mató a su madre. Simón, el boticario, le pregunta a Enguerrand dónde vive y Enguerrand le contesta lo que sigue)
« Au manoir de la reine, j’y loge. Vous demanderez Enguerrand de Corbin, c’est mon nom. »
En entendant ce nom, je restai interdit, le pilon m’échappa des mains, roula sur le comptoir sans que j’esquissasse le moindre geste pour le rattraper, et il tomba par terre dans un grand fracas.
« Eh bien, Thomassin ! Que t’arrive-t-il ? Toi, si habile, d’ordinaire ! Veuillez excuser mon jeune apprenti, Messire Enguerrand. »,s’excusa Simon.
Pendant que je ramassais à la hâte le pilon, j’essayai de reprendre mes esprits et de dissimuler, tant bien que mal, mon trouble. Cette voix m’avait brusquement replongé des années en arrière, l’écho de ses paroles me revint tonitruant et me rappela comment cet homme m’avait terrorisé. Quand Simon le Lombart me commanda : « Approche, viens ici, Thomassin. », je tressaillis et eus la sinistre impression de me revoir enfant, désemparé, devant celui qui m’avait adressé les mêmes mots pour m’attirer à lui, le jour où il avait écarté ma mère pour rester seul avec moi.
(“En el palacio de la reina, vivo allí. Pediréis por Enguerrand de Corbin, es mi nombre.”
Al oír aquel nombre, me quedé desconcertado, la maja del mortero se me escapó de las manos, rodó por el mostrador sin que intentara el mero gesto para cogerlo, y se estrelló en el suelo con estruendo.
“Anda, Thomassin ¡ Qué te pasa? Con lo diestro que sueles ser! Disculpad a mi joven aprendiz, Señor Enguerrand”, lamentó Simón.
Mientras recogía apresuradamente la maja, intenté recobrar el sentido y ocultar mi turbación como podía. Aquella voz me había sumido años atrás, el eco de sus palabras volvía atronador a mi mente y me recordó cómo aquel hombre me había aterrorizado. Cuando Simón me mandó: ”Acércate, ven aquí.”, me estremecí y tuve la impresión siniestra de volver a verme, de niño, desamparado ante aquel hombre que había empleado las mismas palabras para atraerme hacia sí, el mismo día en el que había descartado a mi madre para quedarse a solas conmigo.)