LEÓN ARSENAL
1.-
Preséntate tú mismo a tus lectores.
Soy León Arsenal, nacido en Madrid, aunque la vida me ha llevado a
residir en otros lugares. Llegué a la literatura un poco a la vieja usanza, lo
que no es ni bueno ni malo, tras haber desempeñado varios oficios, entre ellos
el que suele llamar más la atención, que es el de piloto de la Marina Mercante.
Escribía un poco por gusto, sin pensar en que mi producción pasaría de un
puñado de cuentos y tal vez con el tiempo una novela. Pero tal como se hilaron
las cosas, acabé por tomar por este derrotero de escritor, aunque ni es la
única de mis vocaciones ni lo único a lo que dedico mis esfuerzos.
2.-
¿Cuándo escribiste tu primera historia?
Como muchos escritores, hice mis pinitos a edad muy
temprana, con historias de aventuras que escribía en aquellos cuadernos
escolares de una raya o esos otros cuadriculados con el lomo en espiral.
Incluso recuerdo las temáticas que, ahora que lo pienso, ya tenían un acusado
tono fantástico, con la aparición de toda clase de monstruos y seres fabulosos.
Pero lo cierto es que mi
primero cuento debí publicarlo allá a comienzos de la década de los noventa, en
una revista de género fantástico. Creo que fue un ultracorto titulado Todas las
noches.
3.-
¿Cómo recuerdas los comienzos de tu profesión de escritor?
Paulatinos,
la verdad. Durante la década de los 90 me dediqué a escribir cuentos
fantásticos (fantasía, ciencia-ficción, terror) que merecieron algún premio y
que acabaron siendo publicados en el 2000 en la antología Besos de alacrán. Y
justo ese mismo año publiqué con Valdemar mi primera novela histórica, El
hombre de la plata.
Pero cuando vino el salto
cualitativo fue durante el bienio 2004-5. Ocurrió que Máscaras de matar ganó el
I Premio Minotauro de novela fantástica y Edhasa publicó la novela histórica La
boca del Nilo, que al año siguiente ganó el Premio Zaragoza a la mejor novela
publicada. Todo eso supuso catapultarse a un nivel superior de reconocimiento y
ventas, porque esto no deja de ser una escalera de muchos peldaños que se suben
y se bajan.
4.- ¿Has
podido, en algún momento de tu vida, vivir de la escritura?
Sí,
claro. Se puede decir que es de lo que vivo, de la literatura. De lo que
venden, viven muy pocos. Pero se puede vivir del mix ventas, talleres, cursos,
conferencias, premios, etc. Esa era la forma de vida de no pocos escritores en
nuestro país, aunque se ha puesto muy duro ahora y no solo por el descenso de
ventas generalizado. Muchas actividades (cursos, talleres, conferencias)
estaban patrocinadas por Cajas de Ahorro y Ayuntamientos que han recortado o
cortado directamente sus presupuestos. Ahora ya no hay tanto y, como en todas
las crisis, hay que trabajar cuatro veces más para ganar la mitad.
5.-
¿Cuál es el primer libro que recuerdas haber leído?
Aún lo tengo. Leí otros antes pero no los recuerdo, pero este es un libro
muy gordo gran formato sobre historia universal, ilustrado, precioso. Se llama
así (acabo de consultarlo) Historia Universal, y es uno de mis principales
tesoros.
6.- La
inspiración siempre es esquiva, o no. ¿Tienes algún método o rutina para que no
falte a la hora de escribir?
No hay más método que trabajar y,
sobre el terreno, ir apreciando los errores y enmendar. Claro que el concepto
de trabajo es ambiguo. Muchas veces salgo a pasear, por ejemplo, y estoy
dándole vueltas a la cabeza a tramas y soluciones. Esas son también horas de
trabajo, pese a que uno tenga las manos quietas.
7.-
Reseña, sin humildad, tus libros mejor escritos.
No hay problema con eso, carezco de humildad, tanto de la verdadera como
de la falsa. Lo de libros mejor escritos es algo equívoco, porque según va uno
sumando obra, va exigiéndose y por tanto dominando cada vez más recursos que
incorpora a novelas posteriores, con lo que es lógico que las novelas más
tardías tengan más «arte» que las primeras.
Si nos referimos a la ambición y a la dificultad, supongo que pondría muy
arriba Los malos años, que trata de retratar la atmósfera que se vivía en la
Corona de Castilla en los primeros años del reinado de Pedro el Cruel, o Última
Roma, por la intención de trasmitir lo que podía ser la mentalidad de unas
gentes que se sentían romanas cuando ya Roma había caído.
8.- ¿A
qué personaje de tus novelas te gustaría dar vida?
No
creo que a ninguno. Existe un método para escribir que yo aplico. Se dice que
siempre el riesgo de que el autor se identifique y haga transferencia con
alguno de los protagonistas. Eso lleva a que este, de forma inconsciente, cada
vez sea más un alter ego del autor, diga lo que él diría y haga lo que este
hubiera hecho o le hubiera gustado hacer.
Es una advertencia que tengo
muy en cuenta de siempre y también una de las soluciones que se le dan. Crear
un secundario que de forma voluntaria sea tu alter ego (o al menos tenga rasgos
con los que te puedas identificar). Estando ya un sosías tuyo ahí, en segundo o
tercer plano, conjuras los riesgos de identificación con un protagonista.
Reconozco que en bastantes de mis novelas anda por ahí en segundo plano ese
sosias, pero me guardaré con vuestro permiso sus identidades.
9.-
¿Crees que el negocio editorial va por buen camino?
Grosso
modo no, en absoluto. El mundo editorial es a grandes rasgos muy conservador,
con una capacidad muy baja de adaptarse a los cambios tecnológicos y a las
mudanzas en los hábitos culturales del público. Y no me refiero solo al tema
del ebook, que ahí los hay que están tratando de incorporar ese sector y los
hay que viven de espaldas a la realidad. Pero está claro que vivimos una época
de transformaciones técnicas y sociales y hemos de adaptarnos. Y eso incluye
que cada vez la gente diversifica más su dieta cultural. En ese sentido, no
estamos ni mejor ni peor que otros sectores. Ahí tenemos a la tele tradicional,
perdiendo cuota cada vez más, en beneficio de otras fórmulas, como el acceso a
programas vía internet, y que al menos en apariencia están encantados de
haberse conocido (bueno, en realidad lo que hacen es cada vez pagar menos).
10.-
¿Cómo compatibilizas tu vocación con tu vida particular?
Nunca
me ha convencido esa visión que compartimenta la vida. Para mí el escribir es
parte de mi vida. Entiendo que tengo la suerte de que me gusta, de que no es
algo alimenticio, pero una escisión completa de tus vocaciones, objetivos,
etc., de la vida personal, tampoco es muy sana a mi juicio.
11.-
¿Cuál es tu peor manía a la hora de escribir?
No sabría decir. Quizá el no quedar nunca satisfecho con una obra,
siempre pensar que podía haberle sacado algo más de jugo. Eso ayuda a progresar
y a ponerse nuevos retos, pero cuando está uno enfrascado en el escribir puede
llevar, si no se vigila, a hacer buena esa máxima de que lo mejor es enemigo de
lo bueno.
12.-
Indícanos un autor predilecto anterior al s. XX que te haya convencido como
lector y como escritor.
Galdós,
sin duda alguna (hay otros, como Flaubert, pues es bien conocida, por los que
me conocen, claro, mi pasión por Salambó). Galdós es el gran maestro, el
ejemplo a seguir, con sus Episodios Nacionales (que no es novela histórica, por
cierto) por su manejo de los recursos, de los niveles, por cultivar modelos en
boga en su época y sin embargo dar mucho más que otros contemporáneos.
13.-
¿Ebook o en papel?
Ebook,
papel, grafeno y lo que se tercie. No es tanto cuestión de formato como de
concepto, y de aprovechar las posibilidades que cada soporte nos brinda.
Echando mano de esa ausencia de modestia de la que ya avisé, llevo tiempo
trabajando en varios libros la posibilidad de conectar el papel con la Red
mediante códigos QR. Ahora más en serio, creo que uno de nuestros retos es
vincular el arte físico al inmenso caudal de información y conocimientos que es
Internet. Esa es una de las posibilidades que ofrece el papel, el formato
electrónico otras, y hemos de explorarlas todas.
14.-
¿Qué relación te une con Granada?
Que
es uno de mis temas pendientes, tanto visitarla a fondo como explorar las
posibilidades literarias que como escenario para novelas ofrece, y no
necesariamente la época del reino nazarí (aunque tal vez sí).
15.-
¿Qué te traes, actualmente, entre manos?
Pues
cuarenta cosas, para variar. En plena promoción de Godos de Hispania, que ha
merecido el Premio Algaba de Ed. Edaf y Ámbito Cultural y que me ha supuesto un
reconocimiento importante. Preparando ya el lanzamiento de una novela histórica
con La Esfera de los Libros en Marzo, ambientada en el siglo XIV español.
Escribiendo un ensayo y avanzando en una novela de espada y brujería, que ya
tocaba tras 10 años de casi abandono del género…
16.- Recomienda un libro para este otoño.
Ardua
tarea esa. En general, recomiendo echar mano de esos que queremos leer y vamos
aplazando. En particular, la trilogía de la Forja de un rebelde, de Arturo
Barea, quizá la mejor novela española (no en español, que los españoles somos
una fracción cada vez menor de los hablantes y escribientes en español) del
siglo XX. Si no os gusta en incluso fascina, se admiten reclamaciones.
17.-
¿Qué es para ti la novela histórica?
Un
género literario, algo artificial que reúne a obras con una serie de
características comunes, que por cierto también son objeto de discusión. Como
tal género, conviene recordar que el mapa no es el territorio y no ser talibán
o engolado en este tema. Aunque, eso sí, tampoco hay que ser falsario y
etiquetar como novela histórica obras que no cumplen con un mínimo de rigor.
Eso es engañar al lector.
18.-
¿Qué te has dejado en el tintero?
Siempre se quedan cosas en el tintero, la concisión
obliga a no explayarse más allá de lo razonable en las contestaciones.
19.-
¿Existe algún libro que no te hayas atrevido a leer? ¿Puedes decirnos cuál y
por qué?
Muchos.
Aunque en realidad no es que no los haya abordado, sino que tras comenzarlos o
hacer una cata llegué a la conclusión de que no iba a ser el tipo de libro del
que iba a disfrutar. Ocurre que ciertas obras se convierten en vacas sagradas y
parece que uno está obligado a leerlas sí o sí, cuando leer ha de ser un
disfrute y por tanto potestativo.
20.- ¿A
qué escritor te gustaría que enviáramos este cuestionario?
Pilar
Queralt, que es toda una veterana en la literatura histórica, posee un gran
bagaje profesional y personal y sin duda tiene mucho que aportar con su visión
y sus experiencias en este terreno literario.