1.- Preséntate tú mismo a tus
lectores.
Me llamo Yeyo Balbás, nací en
Cantabria y soy un escritor especializado en novela histórica. He publicado dos
obras con Roca Editorial, Pax romana
y Pan y circo, y también colaboro en
revistas de divulgación.
2.- ¿Cuándo escribiste tu
primera historia?
Comencé a dibujar tebeos a los nueve
años y, desde entonces, he realizado cómics, cortometrajes, cuentos y,
finalmente, novelas. Mi primer relato literario lo escribí con veinte años, pero
las artes narrativas tienen mucho en común y mi experiencia en otros campos me
ha sido de gran ayuda para mi primera novela.
3.- ¿Cómo recuerdas los
comienzos de tu profesión de escritor?
Resulta difícil determinar
cuándo puedes considerarte escritor. Esta labor supone un continuo proceso de
aprendizaje y, dado que muy pocos pueden vivir de ello, no es fácil considerarla
una profesión. Para mí es más un oficio o una vocación, que adquirió
protagonismo en mi vida mientras trabajaba en una oficina. A decir verdad, no soy
muy partidario de esa clase de etiquetas, pues muchas veces están asociadas a determinadas
poses.
4.- ¿Has podido, en algún
momento de tu vida, vivir de la escritura?
Al igual que la
inmensa mayoría de los novelistas, los ingresos generados por la escritura no me
permiten dedicarme a ello de forma exclusiva, aunque me gustaría compatibilizar
esta labor con algún trabajo a tiempo parcial.
5.- ¿Cuál es el primer libro que
recuerdas haber leído?
Es algo difícil
de responder. Gran parte de mis primeros recuerdos están asociados a la
lectura, ya sean cuentos ilustrados, cómics o novelas juveniles. Uno de mis
primeros libros fue una selección de pasajes de las obras de Miguel Delibes,
titulado Mi mundo y el mundo.
6.- La inspiración siempre es
esquiva, o no. ¿Tienes algún método o rutina para que no falte a la hora de
escribir?
Soy bastante metódico al escribir;
con la práctica, he llegado a domesticar mi creatividad, para lo cual me ha
ayudado mi trabajo de diseñador gráfico. Sin duda, existen momentos en los que hay
una chispa creativa, pero procuro que, cuando la inspiración llegue, me
encuentre trabajando. Por otra parte, en la elaboración de una novela existen
fases, como la documentación o las continuas correcciones, que son más bien
rutinarias y pueden relegarse a momentos en los que te veas más espeso.
7.- Reseña, sin humildad, tus
libros mejor escritos.
Dado que sólo he
publicado dos, no resulta difícil elegir. Creo que mi segunda novela, Pan y circo, está mejor escrita que Pax romana. Pasar del relato corto a la
novela supone un desafío enorme, en cuestiones como el ritmo narrativo o la
evolución de los personajes, y siempre cometes novatadas. También son
frecuentes los errores de planteamiento, como tratar de insertar demasiadas
ideas, acumuladas durante años. En mi opinión, una novela ha de ceñirse a un
tema concreto, o de lo contrario se diluye.
8.- ¿A qué personaje de tus
novelas te gustaría dar vida?
El acto de narrar
supone dar vida a los personajes. Escribir es jugar a ser un pequeño dios, y
construir un mundo donde tú impones las normas. Uno de los aspectos más
gratificantes de escribir una novela, o dirigir un cortometraje, es oír a la
gente hablar sobre unos seres, surgidos de tu imaginación, como si fueran
personas reales. También produce una gran satisfacción ver cómo cada lector
«hace suyo» al personaje, y lo imagina de un modo distinto, acorde con su
propia experiencia vital. Aunque si me preguntaba qué personaje me gustaría ver
en carne y hueso, elegiría a Cintia, una actriz de mimo.
9.- ¿Crees que el negocio
editorial va por buen camino?
Es indudable que
en el negocio editorial existen tendencias generales, pero muchas veces
hablamos de él como si fuera un ente abstracto dotado de voluntad propia, al
que se le atribuyen unas intenciones deliberadas. En realidad, los fenómenos
culturales son el fruto de infinidad de factores que interactúan entre sí. En
España existen más de dos mil editoriales y cada una tiene una política
empresarial distinta, además de publicar obras de unas características muy diferentes.
Por otra parte, las decisiones de los editores están condicionadas por factores
externos, entre los que destaca la delicada situación económica, y las
preferencias de los lectores, que crean una especie de «selección natural» que hace
que cierto tipo de libros tengan más posibilidades de publicarse. No obstante,
si tuviera que generalizar y destacar algo, diría que en la industria editorial
española ha primado el beneficio inmediato por encima de cualquier otra consideración,
y eso no beneficia a nadie.
10.- ¿Cómo compatibilizas tu
vocación con tu vida particular?
Negociando con mi mujer y mediante
muchos sacrificios.
11.- ¿Cuál es tu peor manía a la
hora de escribir?
No soy demasiado
maniático. Por las mañanas, necesito un café para convertirme en persona, y al
escribir procuro evitar las comidas pesadas al mediodía y el alcohol por las
mañanas, pues de lo contrario me encuentro demasiado espeso.
12.- Indícanos un autor
predilecto anterior al s. XX que te haya convencido como lector y como escritor.
No suelo tener
autores predilectos; hay novelas que me gustan más que otras, y cada una de un
modo distinto. Mi ideal a la hora de mezclar ficción y hechos históricos son
los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós, aunque, a nivel de
técnica literaria, mi obra no se asemeja en nada a la suya. El estilo de cada
autor responde a la mentalidad de su época, y nuestra sociedad ha cambiado mucho
en los últimos cien años.
13.- ¿Ebook o en papel?
Con independencia
de preferencias personales, la industria editorial debería ofrecer aquellos
formatos que el público demande. Tal vez el libro digital absorba buena parte
de la literatura de consumo, aunque no creo que llegue a desplazar al
tradicional en otros campos, al menos a medio plazo. Personalmente, prefiero el
papel. Como diseñador gráfico, me gusta el libro como objeto. También soy
reticente a la «programada obsolescencia» de la industria tecnológica, ideada
para obligarnos a gastar el dinero con el fin de estar siempre a la última. Para
leer no quiero depender de un dispositivo de reproducción que cualquier día
puede quedarse obsoleto. Tengo libros que llevan conmigo más de treinta años y
aún puedo consultarlos, mientras que mis cintas VHS y LP’s se amontonan muertos
de asco en un desván.
14.- ¿Qué relación te une con
Granada?
Mi mujer trabajó dos
años en Jaén como médico forense y realizó un master en la Universidad de Granada. Visitamos juntos la ciudad infinidad
de veces al comienzo de nuestra relación, y por ello guardo un especial recuerdo
de ella.
15.- ¿Qué te traes, actualmente,
entre manos?
Estoy trabajando
en mi tercera novela, ambientada en la Alta Edad Media española.
16.- Recomienda un libro para
este otoño.
Voy a ser
corporativista y por ello recomendaré El
Águila y la lambda, la última novela de mi amigo y paisano Pedro
Santamaría.
17.- ¿Qué es para ti la novela
histórica?
Más que un
género, un marco de ambientación. En mi opinión, lo que determina el género de
una novela es el paradigma argumental y una serie de convenciones, y no el
entorno en el que se desarrolla. El
nombre de la rosa es, ante todo, una novela negra, aunque tenga la vocación
de retratar una época. Es innegable que el proceso de escribir una novela
histórica posee unas características especiales, como la necesidad de una labor
de documentación, que puede ser mayor o menor en función de las exigencias del
relato. Pero puede ser de aventuras, romántica o un thriller, o ajustarse a las
características del best seller o a
las de la «alta literatura» (entre comillas). Digo esto porque, a veces, se hacen
comparaciones descabelladas entre obras que en realidad no tienen nada en
común, más allá de estar ambientadas en una misma época.
18.- ¿Qué te has dejado en el
tintero?
La verdad es que
no se me ocurre nada más que añadir.
19.- ¿Existe algún libro que no
te hayas atrevido a leer? ¿Puedes decirnos cuál y por qué?
Hay muchos libros
excelentes y, de entre ellos, leo los que más me interesan. Para mí, el factor
limitante es el tiempo libre del que dispongo y el interés.
20.- ¿A qué escritor te gustaría
que enviáramos este cuestionario?
A mi buen amigo
Pedro Santamaría.