Todos los escritores, al finalizar una novela, deseamos ser el centro de atención. Anhelamos las opiniones rápidas de los lectores y la reseña positiva de los críticos que impulsen nuestra obra a ser leída por todos. Pero esto no siempre sucede. ¿Alguien se ha preguntado qué siente el novelista al finalizar su obra? ¿Cómo definiría su trabajo una vez publicado?
Este cuestionario pretende transmitir la visión del escritor. Le preguntaremos sobre su novela y le daremos la oportunidad de promocionarla y hacerse autocrítica. En definitiva, será su manera de convencernos para que leamos su novela.
HOY NOS PRESENTA SU OBRA CAROLINA MOLINA
1) Este cuestionario lo leerán muchas personas, algunas no te conocerán. Preséntate a tus nuevos lectores.
Soy una enamorada de Granada. Llevo escribiendo novela histórica desde hace trece años y todos mis libros se han dedicado a esta ciudad. Desde La luna sobre la Sabika, me he interesado por muchos momentos históricos granadinos: al-Andalus, la época romántica, el s. XVIII…y ahora le toca el turno a la Granada romana.
2) ¿Cómo se llama tu nueva novela?
ILIBERRI, que te sea leve la tierra.
3) Dinos, lo más resumido que puedas, cuál es el tema central de tu novela, en qué tiempo se desarrolla y qué has querido transmitir con ella.
Se desarrolla en el s. IV después de Cristo, época de decadencia romana. Mi intención era describir, basándome en los descubrimientos arqueológicos que tenemos hasta el momento, cómo podría haber sido Iliberri, sus calles, sus murallas, sus ciudadanos…todo ello sazonado con una misteriosa historia de amor. Quería incitar a los lectores de esta novela, una vez terminada de leer, a recorrer las calles del Albaicín, de ahí que se haya publicado junto a un itinerario o ruta.
4) ¿Se ha publicado en papel o en digital? Dinos con qué editoriales y no dudes en poner su página web para que podamos conocerlas.
Se ha publicado en papel por la editorial granadina Diacash.
5) Los autores nos encariñamos con nuestros personajes. Háblanos de ellos y dinos cuál es tu preferido.
En la novela aparece una mujer misteriosa, Minerva, que es el eje central de la novela. Su sortija con una serpiente enrollada y su capacidad de transmutarse es la parte más atrayente de este personaje y quizás me apetezca desarrollarlo más en otra futura historia.
6) Las ideas surgen como chispas, a veces nos vienen cuando menos nos lo esperamos. ¿De dónde partió la idea de escribir esta historia?
Después de terminar de escribir Sueños del Albayzin y tras tres novelas centradas en al-Andalus , necesitaba cambiar de registro. Cuando investigo un periodo histórico intento que este sea lo menos conocido posible, ofrecer algo diferente al público que ya tiene una oferta muy variada de novelas históricas. La época romana de Granada era una gran desconocida y un reto para mí. Así que se me presentaba como un tesoro. También hubo quién me intentó desanimar, así que todo (incluso el desánimo de los demás) se volvía un desafío muy apetecible.
7) La novela histórica es un trabajo muy arduo. ¿Cuánto tiempo te llevó documentarte y recopilar todos los datos suficientes para desarrollarla?
Esta historia se comenzó a gestar en 2006. Primero se incluyó en una novela titulada Las cuatro vidas de Iliberri, siendo ésta que os presento “la primera de las vidas”. La “segunda vida” fue El falsificador de la alcazaba que muy pronto tendremos también en papel, la “cuarta vida” hablaba de un hombre que defendía el patrimonio histórico granadino en el siglo XIX y consecuentemente el iliberritano y que finalmente terminó siendo la Saga de los Cid (Guardianes de la Alhambra, Noches en Bib-Rambla y Memorias de un romántico que ahora está a la espera de publicarse). La “cuarta vida” nos transmitía el legado romano que aún tenemos en la actualidad (esta parte está inédita y no creo que se publique). Las editoriales no creyeron en esta historia con saltos diversos de periodos históricos, así que después de muchos años decidí por apostar por cada “vida” independientemente. Y he tenido la suerte de ver publicadas, casi al mismo tiempo, Iliberri y El falsificador de la alcazaba, que se complementan.
8) ¿Qué fue lo más anecdótico que te encontraste en esta documentación?
Lo más anecdótico de Iliberri fueron las falsificaciones de sus hallazgos arqueológicos que tuvieron lugar en el x. XVIII y que narro en El falsificador de la alcazaba. Investigar sobre Iliberri y su foro, inevitablemente, te desvía hacia sus falsificaciones. Pero Iliberri fue una ciudad importante, en donde se acuñaba moneda, se vivía como en cualquier ciudad romana y en donde se celebró el llamado Concilio de Elvira, que es el primer concilio de las iglesias hispanas del que tenemos noticia y el más antiguo documento canónico relativo a la polémica judeo-cristiana.
9) ¿Por qué crees que esta novela merece ser leída?
Porque es parte de nuestro pasado y conocer nuestro pasado nos hace valorar nuestro presente. Cuando paseamos por el Albaizín pisamos capas de historia: ibéricas, romanas, andalusíes, cristianas…Al-Andalus ha acaparado toda nuestra atención, pero hemos de dedicarle un poco de tiempo a otras etapas históricas, como es la romana, de la cual también tenemos hoy en día una herencia evidente.
10) Déjanos abrir boca. ¿Nos permites leer un trocito de ella?
“El foro de Iliberri, al estar construido sobre un promontorio, no guardaba las clásicas medidas romanas. Resguardado entre bellos edificios, poseía un espacio o plaza porticada rodeada de columnas de mármol adornada con estatuas de los representantes más destacados de la ciudadanía romana, emperadores o patricios ilustres erguidos sobre pedestales. Así conoció a la admirada tribu Galeria o los distinguidos Cornelia.
La solería del foro era de mármol gris, de las cercanas vegas que hoy conocemos por Sierra Elvira. Todo su contorno, abigarrado de casas, templos y comercios, se allanaba por medio de diferentes tramos de escaleras, alguno de los cuales llegaban a medir hasta trece peldaños construidos en piedra arenisca. La basílica, de grandes dimensiones, por ser el edificio más destacado poseía una gran puerta de quicios de bronce.
Por detrás de la gran plaza se alternaban fábricas, tiendas, importantes alfares y un acueducto que traspasaba la ciudad de parte a parte, del cual recuperaban los iliberritanos la preciada agua de la sierra. Era en definitiva, una verdadera ciudad romana que les recibía con los brazos abiertos. Así pues ninguno de los tres pudo suponer que la muerte acechaba tras de ellos.