JAVIER
PELLICER
1.-
Preséntate tú mismo a tus lectores.
Dicen por ahí que
me llamo Javier Pellicer, que soy escritor de novela histórica y fantástica,
aunque todavía me cuesta hacerme a la idea de esto último.
2.-
¿Cuándo escribiste tu primera historia?
No recuerdo la edad
que tenía entonces, aunque fue en plena adolescencia cuando empecé a escribir
relatos, si bien luego lo dejé aparcado hasta que regresó la pasión por crear
historias hará unos siete u ocho años. Sin embargo, creo que siempre fui
escritor, aunque no lo supiera: jugaba con los playmobil legionarios,
imaginando historias enteras y largas. Solo me faltaba papel y lápiz para
anotarlas.
3.-
¿Cómo recuerdas los comienzos de tu profesión de escritor?
Era duro, por
supuesto. Uno empieza cargado de ilusión, pero también de inocencia, y tiene
que aprender que en este oficio no se puede llegar y arrasar con la primera
historia que escribes. Como cualquier otra profesión, uno debe aprender y
mejorar antes de dar un salto cualitativo que haga dignas de publicación sus
obras.
4.-
¿Has podido, en algún momento de tu vida, vivir de la escritura?
No, todavía no. Y
siendo realistas es muy complicado que eso suceda, tanto a mí como a cualquier
compañero autor. Lo cual no quita que intentemos alcanzar esa meta. Pero de
momento el primer paso del sueño ya se ha cumplido: publicar algo que yo haya
creado.
5.-
¿Cuál es el primer libro que recuerdas haber leído?
No sabría decirte,
supongo que algún libro infantil, pero tengo mala memoria para estas cosas.
Aunque puedo deciros cuál ha sido el que más me ha influenciado: El Señor de
los Anillos, una obra que por cierto bien podría ser la novela histórica de un
mundo imaginario.
6.-
La inspiración siempre es esquiva, o no. ¿Tienes algún método o rutina para que
no falte a la hora de escribir?
Leer mucho, ver
cine, escuchar música... La inspiración acude por las impresiones que uno
recibe, a través de nuestras experiencias. Por tanto, hay que estar siempre
recibiendo estímulos del exterior, buscándolos si hace falta.
7.-
Reseña, sin humildad, tus libros mejor escritos.
Solo tengo un par
de obras publicadas, así que tengo poco donde elegir. Me quedaré con “El
espíritu del lince” por ser histórica (a diferencia de mi segunda obra,
“Legados”, que es fantástica), una novela ambientada en la invasión cartaginesa
a la península ibérica en el siglo III a.C. A diferencia de otras obras
conocidas, está relatada a través de los ojos de un íbero, lo cual me parece un
punto original que la diferencia del resto. La novela bebe de mi influencia
hacia la épica y el drama.
8.-
¿A qué personaje de tus novelas te gustaría dar vida?
No sé qué decirte,
porque tengo tendencia a hacer sufrir bastante a mis personajes, y todos ellos
viven en mundos o épocas peligrosas. Pero supongo que me quedaría con Alorco,
el cartaginés, por su lealtad y sensatez.
9.-
¿Crees que el negocio editorial va por buen camino?
Son tiempos
difíciles, donde existe mucha confusión. El modelo editorial está cambiando,
han entrado en el juego otros formatos y formas de hacer las cosas. El mercado
editorial tal como lo conocíamos debe evolucionar y adaptarse a las nuevas
condiciones, pero no a lo loco, sino razonando opciones válidas que respeten a
la mayor cantidad de partes involucradas. Especialmente a los tres pilares
fundamentales: el creador, el editor y el lector. El problema es que todo esto
ha coincidido con una grave crisis económica que complica el asunto. Las ventas
se resienten, y cuando es así, la inventiva queda en un segundo plano y las
grandes casas editoriales (que son las que marcan la tendencia del mercado)
buscan asegurar con lo que saben que funciona bien, dejando de lado el riesgo
de abrir nuevos caminos.
10.-
¿Cómo compatibilizas tu vocación con tu vida particular?
A duras penas, como
cualquier otro escritor. Toca organizarse y aprovechar al máximo el tiempo
libre del trabajo para escribir, sin dejar de lado otros aspectos como la vida
social o el ocio. Ser escritor exige muchos sacrificios, es algo que los
lectores deberían tener muy en cuenta, porque todavía existe esa imagen del
autor bohemio y vividor.
11.-
¿Cuál es tu peor manía a la hora de escribir?
El silencio.
Necesito aislarme del mundo mientras escribo, como mucho un poco de música
instrumental de fondo. No siempre es posible, por desgracia.
12.-
Indícanos un autor predilecto anterior al s.XX que te haya convencido como
lector y como escritor
Permitidme que
mencione uno que vivió a caballo entre el siglo XIX y el XX: Vicente Blasco
Ibáñez, a la sazón valenciano como yo, y que describió las tierras valencianas
con una belleza que jamás he vuelto a encontrar en ninguna novela. Curiosamente
también escribió novela histórica. Su obra “Sónnica la cortesana” tuvo cierta
influencia en mi “El espíritu del lince” a la hora de decidir narrar el asedio
de Sagunto.
13.-
¿Ebook o en papel?
Papel, pero sin
cerrar la puerta al ebook.
14.-
¿Qué relación te une con Granada
Granada también fue
íbera, Iliberri se llamaba (supuestamente) el oppidum que ocupaba la región.
Perteneció al pueblo de los bastetanos, a los que menciono en mi primera
novela. Ello me llevó a indagar un poco durante el proceso de documentación,
aunque todavía le debo a esta ciudad una visita.
15.-
¿Qué te traes, actualmente, entre manos?
Una nueva novela,
por supuesto. Un regreso a la histórica de la que todavía no puedo desvelar
nada, por eso de no gafar el proyecto. De momento estoy revisando el
manuscrito, luego quedará “enfrentarse” a la decisión de las editoriales. Pero
mi cabeza ya está puesta en otros proyectos, tal vez un cambio de registro
literario que todavía es solo un esbozo en mi mente.
16.-
Recomienda un libro para este verano.
Eso es todo un
compromiso, porque tengo a muchos amigos que son excelentes escritores. Así que
mencionaré tres novelas (históricas, por supuesto): “La predicción del
astrólogo”, de Teo Palacios; “Pan y circo”, de Yeyo Balbas; y “El águila y la
lambda”, de Pedro Santamaría.
17.-
¿Qué es para ti la novela histórica?
Una oportunidad de
viajar en el tiempo, tan sencillo como eso. Pero a través del drama y la épica.
No olvidemos nunca que los autores de este género no somos historiadores, somos
fabuladores, aunque siempre tratemos de documentarnos a fondo. Sin embargo, en
el fondo hacemos ficción.
18.-
¿Qué te has dejado en el tintero?
Tan solo
reivindicar un poco nuestra propia Historia. Supongo que tenemos tendencia a
dejarnos seducir por civilizaciones como la Antigua Roma o Grecia, lo cual me
parece perfecto, entre otras cosas porque la inspiración no entiende de
premisas. Pero no deberíamos olvidar a quienes pisaron nuestras tierras antes
que nosotros a la hora de crear nuestras obras. La satisfacción de recrear
escenarios antiguos que ocupaban esos lugares por los que hoy en día te paseas
es una experiencia maravillosa, tanto para el autor como para el lector.
19.-
¿Existe algún libro que no te hayas atrevido a leer? ¿Puedes decirnos cuál y
por qué?
Durante mucho
tiempo, hace ya bastantes años, tuve cierto recelo hacia las obras de Homero.
La Ilíada y la Odisea me atemorizaban por estar escritas en un lenguaje tan
arcaico... hasta que me animé a leerlas y las disfruté mucho (aunque reconozco
que es una de esas lecturas que se hacen una o dos veces en la vida). Ahí
descubrí que en literatura los prejuicios deben quedar relegados. Nunca se sabe
qué obra te va a marcar.
20.-
¿A qué escritor te gustaría que
enviáramos este cuestionario?
De nuevo me ponéis
en un compromiso. ¿Tengo que decir solo uno? Me quedo pues con Isabel Barceló,
autora de “Dido, reina de Cartago”. Y por si valen más, también mencionaré a
Pedro Santamaría, Yeyo Balbás y Teo Palacios.