1.- Preséntate tú mismo a tus
lectores.
Me llamo Pedro Santamaría, soy de Santander, nací en mayo
de 1975, me gusta la cerveza y la historia.
2.- ¿Cuándo escribiste tu primera
historia?
Aparte de los típicos trabajos para el colegio, a eso de
los dieciséis años empecé a escribir una historia que trataba sobre un
manicomio de diecisiete plantas (una por comunidad autónoma). El proyecto se
quedó en cuatro hojas marranas de cuaderno que andan en algún rincón de la casa
de mis padres. Lo que es la primera historia la escribí entre los años 2009 y
2010 y esa historia se ha convertido en mi primera novela: Okela.
3.- ¿Cómo recuerdas los comienzos
de tu profesión de escritor?
Todo empezó una
mañana de mayo, en 2009. Cada verano suelo plantearme un reto y ese verano
escribiría una novela. Así se lo dije a mi mujer tomando el café. Días después
era mi cumpleaños y ella, que sabe lo burro que soy, me sorprendió con un regalo
al efecto: un portátil de esos canijos que te puedes llevar a todas partes. La
nota decía “Ya solo te falta escribirla”. Así que me puse a ello, aquella misma
noche, en la cama. Ya se sabe: enciendes el ordenador, le das al Word y aparece
una página en blanco. Dos minutos de observación. Luego otros cinco. Escribes
un “1” que centras en la pantalla. Lo observas. Te quedas pasmado. Le das al
“enter” una vez. Luego al tabulador y miras el reloj. Han pasado veinte
minutos. Y te preguntas ¿Qué digo? ¿Cómo lo digo? Creo que la respuesta salió
de las entrañas: “Tú empieza. A ver qué pasa”. Y entonces tecleé la primera
frase de mi primera novela. Curiosamente, creo que esa frase es la única que no
he leído y releído veinte veces para cambiarla. De todos modos, debo aclarar,
que tampoco es que me considere un escritor con todas las letras. Soy autor de
un par de novelas. Eso es todo.
4.- ¿Has podido, en algún momento
de tu vida, vivir de la escritura?
No. Y además no
creo que pueda llegar a decir eso nunca. Me gusta este camino que ha tomado mi
vida y pienso seguirlo a ver hasta dónde conduce. Me encantaría poder vivir de
esto aunque fuese modestamente. Pero me da la sensación de que no será posible.
Muchos son los llamados y pocos los elegidos.
5.- ¿Cuál es el primer libro que
recuerdas haber leído?
El recuerdo más
antiguo que tengo pasando páginas se remonta a un libro de mitología griega
para niños, con las aventuras de Heracles, Jasón, Odiseo…
6.- La inspiración siempre es
esquiva, o no. ¿Tienes algún método o rutina para que no falte a la hora de
escribir?
Me gusta escribir
bien temprano por la mañana o muy tarde por la noche. A veces la una y la otra
se juntan. Y a veces he estado pegado al teclado doce o catorce horas seguidas
durante días, como fue el caso cuando escribí “El Águila y la Lambda”. Algo que
no puede faltar es el paquete de tabaco. Fumo como un carretero cuando escribo.
No sé si esto entra dentro de “método” o de “rutina”. Escribir y fumar: dos
caminos hacia la eternidad.
7.- Reseña, sin humildad, tus
libros mejor escritos.
Difícil me lo
pones. Sólo he escrito dos. Pero vamos allá. Tú lo has querido.
“Okela” es una
intensa novela de aventuras basada en un mito que relata el griego Estrabón en
su “Geográfica”. Este mito viene a decir que los cántabros descienden de los
espartanos. Okela es, básicamente, una Eneida a la cántabra. Es un mito
fundacional escrito en el S.XXI. La prosa es fluida y cuidada. Está plagada de
batallas fabulosamente narradas, historias de amor que harían replantearse su
vida a Antonio Gala y escenas de sexo que sonrojarían al mismísimo señor Grey.
Bueno, igual me he pasado un poco.
“El Águila y la
Lambda” es, sencillamente, un torbellino de acción. En ella podemos vivir una
época poco tratada en la novela histórica: la primera guerra púnica. No toda,
pero sí un año. El que, para mí, resulta más evocador de los veinticuatro que
duró aquel conflicto. Es la historia del primer desembarco romano en África, a
cargo del cónsul Marco Atilio Régulo y está basada en los relatos del
historiador Polibio. La novela se cuenta desde cuatro puntos de vista que se
van intercalando. Dos de los personajes son históricos: el cónsul Régulo y
Jantipo, un mercenario espartano al servicio de Cartago. Los otros dos son
personajes ficticios: una cortesana cartaginesa y un legionario romano. Amor,
humor, honor, traición, batallas y algo de sexo. Y, lo mejor, todo en poco más
de trescientas páginas con sus esquemas y mapas.
8.- ¿A qué personaje de tus novelas
te gustaría dar vida?
Pues, la verdad,
me gustaría quedar a tomar una cerveza con todos ellos a la vez. Con el
honorable Régulo, los indómitos Okela y Jantipo, el borrachín y disoluto Bíbulo
y, cómo no, con la atractivísima e irresistible cortesana Arishat.
9.- ¿Crees que el negocio editorial
va por buen camino?
Lamento no poder
opinar. Muy a mi pesar no conozco el negocio editorial. Al fin y al cabo mis novelas
llevan en el mercado dos años escasos así que, como quien dice, acabo de llegar
al mundillo.
10.- ¿Cómo compatibilizas tu
vocación con tu vida particular?
Con cierta
dificultad. Generalmente robándole horas al sueño y no encendiendo la
televisión. Aunque también es cierto que muchas veces tengo que quitarle horas
a mi pequeña familia. Por fortuna mi mujer es comprensiva con esto de aporrear
el teclado durante horas y, aunque sé que le gustaría pasar más tiempo conmigo,
suele animarme en mis encierros literarios, tanto cuando las musas andan
pesadas, como cuando ve que llevo una semana sin escribir una letra.
11.- ¿Cuál es tu peor manía a la
hora de escribir?
Fumar, sin duda.
Habrá que ir pensando en dejarlo, digo yo.
12.- Indícanos un autor predilecto
anterior al s. XX que te haya convencido como lector y como escritor.
Homero. La
literatura occidental sería incomprensible sin su obra.
13.- ¿Ebook o en papel?
Me quedo con el
papel. En lo que a libros se refiere soy un fetichista. Me gusta tenerlos
físicamente, verlos amontonados, marcarlos, subrayar frases que me gustan,
apuntar una opinión en el margen. Es más, actualmente me encuentro en un serio
proceso de “destecnologización”. Me da la sensación, y estoy un poco harto, de
que todo cambie tan rápidamente sin aportar demasiado.
14.- ¿Qué relación te une con
Granada?
Una imperdonable
cita pendiente con ella.
15.- ¿Qué te traes, actualmente,
entre manos?
Estoy escribiendo
una novela que, al igual que “Okela” y “El Águila y la Lambda”, me hubiera
gustado leer. La acción transcurre en Cantabria durante la tardo-antigüedad. El
imperio romano ha caído hace ya un siglo y medio y los cántabros,
independientes, se han de enfrentar al poder de los godos.
16.- Recomienda un libro para este
verano.
Si me permites
voy a recomendar dos. Las dos novelas que más he disfrutado en años y que me
han hecho replantearme si realmente esto de escribir es lo mío. Por un lado “El
error azul” de Javier Lorenzo, alta literatura palabra a palabra, frase a frase.
Una novela para leer con calma y paladear. Es de los pocos libros con los que
he echado una lágrima. Por otro “Pan y Circo” de Yeyo Balbás una novela
histórica que roza la excelencia por su rigor, su mensaje, sus tramas y sus
personajes y porque, cuando acabas de leerla, te persigue.
17.- ¿Qué es para ti la novela
histórica?
Una contradicción en términos con
sentido. Verdad y ficción dándose la mano. Por un lado la novela es un relato nacido
de la imaginación que el autor debe cargar de aparente realidad para poder
sumergir al lector en un mundo netamente ficticio. La historia, por el
contrario, pretende dilucidar la verdad acerca de los tiempos pasados basándose
en pruebas. ¿Y cómo se dan la mano? En la novela histórica: la historia pone
los hechos y el novelista pone los personajes.
18.- ¿Qué te has dejado en el
tintero?
Una pluma repleta
de historias que habrá que ir exprimiendo.
19.- ¿Existe algún libro que no te
hayas atrevido a leer? ¿Puedes decirnos cuál y por qué?
El “Ulises” de
James Joyce. Fui a la librería y pregunté por él. Mi librera habitual me
advirtió: “Empezar esto es como dejar de fumar”. Confío en ella ciegamente.
Desde entonces tengo pavor a ese libro. Algún día lo leeré. Algún día.
20.- ¿A qué escritor te gustaría
que enviáramos este cuestionario?
A Ramón Muñoz,
autor de “La Tierra Dividida” y “El Brillo de las Lanzas”.