1.- Preséntate tú mismo a tus lectores.
Javier Negrete,
nacido en Madrid en… Vaya, ¿por qué demonios hay que decir la edad en las
solapas de los libros? Bueno, da igual: nací en 1964, en la que creo que fue
una buena cosecha. (Supongo que todos pensamos lo mismo de nuestra promoción,
¿no?). Estudié Filología Clásica en la Complutense, en 1988 me convertí en
profesor de Griego y desde 1991 trabajo en el IES Gabriel y Galán de Plasencia,
donde vivo; aunque siempre con medio pie puesto en Madrid, donde están mi
familia y tengo bastantes amigos.
Mi lista de
libros ya es algo larga, así que por no aburrir mencionaré que he escrito
fantasía, como La saga de Tramórea (La Espada de Fuego es el primer libro de
la serie y El corazón de Tramórea el
cuarto y último), ciencia ficción como La
mirada de las Furias, novela juvenil, erótica (fue una breve incursión con Amada de los dioses, en La Sonrisa
Vertical).
Mi primer
experimento en novela histórica fue Alejandro
Magno y las águilas de Roma, una ucronía en la que hago luchar a Alejandro
contra las legiones. Más propiamente históricas son Salamina y La hija del Nilo,
ambas con Espasa. También he escrito ensayo histórico para La Esfera: La gran aventura de los griegos, Roma victoriosa y Roma invicta. Quien quiera comprobar hasta qué punto me apasionan
los griegos y romanos puede mirar aquí: http://www.youtube.com/watch?v=1tb_evvEc94.
2.- ¿Cuándo escribiste tu primera
historia?
Cuando tenía diez
años. Fue precisamente una novela histórica, una de romanos. O más bien de
hispanos que luchaban contra los romanos. Sin pretenderlo yo, por falta de
conocimientos y documentación se convirtió más bien en una ucronía, una
historia paralela :) Tenía dibujos (muy sangrientos) y cierta longitud. Diría
que impresa se habría ido a las 250 páginas.
Por supuesto,
está escondida, y escondida seguirá. Cuando me muera, haré que la quemen
conmigo, a ser posible en un barco vikingo…
3.- ¿Cómo recuerdas los comienzos
de tu profesión de escritor?
Vacilantes. No es
que en la colección Nova de ciencia ficción se hiciera demasiada promoción, y
por otra parte en aquella época le dedicaba mucho tiempo a traducir
videojuegos. Era escritor a rachas, en cierto modo, y eso me frustraba un poco.
Después, cuando publiqué La Espada de
Fuego en 2003 con Minotauro todo cambió, y desde ese momento me atreví a
decir que era de verdad escritor.
4.- ¿Has podido, en algún momento
de tu vida, vivir de la escritura?
Hubo un año en
que hice el experimento pidiendo una licencia no remunerada. En aquel momento
pude, aunque tal como están las cosas ahora con la crisis y la piratería lo
vería muy complicado. Prefiero tener el colchón de mi trabajo como profesor,
aunque sea a costa de disponer de menos tiempo y concentración.
5.- ¿Cuál es el primer libro que
recuerdas haber leído?
Me resulta
difícil acordarme. Estaban los de Julio Verne de la colección de Bruguera, en
los que empezaba leyéndome los dibujos y a veces me leía el resto del texto.
Quizá el primer libro sin “dibujos” que leí fue Ella, de H. Rider Haggard, pero no estoy muy seguro. Tendría siete
años. Por cierto, me fascinó, como me pasó con Las minas del rey Salomón.
6.- La inspiración siempre es
esquiva, o no. ¿Tienes algún método o rutina para que no falte a la hora de
escribir?
Soy poco
metódico. Debería serlo más. Las ideas más generales, las escenas, los
personajes…, me suelen venir a la cabeza dando paseos, corriendo mientras oigo
música, en bici, incluso conduciendo. Cuando ya estoy muy enfrascado en la
redacción de la novela y me atranco un poco, suelo tumbarme a oscuras y cierro
los ojos. En esa especie de duermevela previo al sueño las ideas se desbocan,
se sueltan y crean conexiones inesperadas. Cuanto más absurdas parezcan, más me
interesan.
7.- Reseña, sin humildad, tus
libros mejor escritos.
¡Pero es que soy
muy humilde! Bueno, creo que con El
espíritu del mago conseguí manejar una trama muy complicada con muchos
personajes sin que las bolas de malabarista se me cayeran al suelo. Y en Salamina pude darle un tono épico a la
lucha entre los griegos y los persas sin convertir a éstos en una caricatura,
como se ha hecho en más de una ocasión, y tratando de usar un tono realista.
Sobre todo, creo que me salió un personaje bastante conseguido con Temístocles.
Tú me lo has
pedido. Ya me he alabado a mí mismo, pese a lo que dicen Los intereses creados, “Que en uno mismo la modestia es necedad y
la alabanza locura”. Las pegas que las pongan otros…
8.- ¿A qué personaje de tus novelas
te gustaría dar vida?
No sé. Supongo
que a Kratos, de la saga de Tramórea, porque la parte del cráneo rapado ya la
llevo adelantada :)
9.- ¿Crees que el negocio editorial
va por buen camino?
No sé por qué
camino va, la verdad. De momento esto es un desastre para editores, libreros y
escritores. Siempre ha sido difícil ganarse la vida con los libros, pero se
podía hacer más o menos. Partiendo de tener vocación por ellos, ya que en
ninguna de esas profesiones, ni siquiera en la de editor, era fácil “forrarse”.
Pero ahora todo
se tambalea, y no sé si para cambiar de paradigma o para convertirse en una
ruina. Lo último que me quedaba por oír es lo del nuevo género, los
“pornodinosaurios”… En fin, como me dijo hace poco una editora, esto es cada
vez más un negocio de trileros.
10.- ¿Cómo compatibilizas tu
vocación con tu vida particular?
Hay épocas en las
que no hay demasiados problemas, pero la situación se complica cuando se acerca
el plazo de entrega y prácticamente no hago otra cosa que aporrear el teclado
sentado al ordenador. En general, paso muchísimo tiempo delante de la pantalla,
así que las tendinitis varias y los dolores de espalda no tienen secretos para
mí. Lo bueno es que el trabajo de mi mujer como traductora se parece al mío en
muchos aspectos (de hecho, yo he trabajado más de una vez como traductor), así
que lo llevamos bien.
11.- ¿Cuál es tu peor manía a la
hora de escribir?
Bueno, eso habría
que preguntárselo a mi mujer, que es la que me sufre. Cuando estoy concentrado
no me gusta demasiado que me interrumpan y suelo contestar con gruñidos
guturales. Aunque sé que no soy de los escritores más bordes en ese sentido.
12.- Indícanos un autor predilecto
anterior al s. XX que te haya convencido como lector y como escritor.
Homero… o quien
compuso la Odisea, sea cual sea su
verdadero nombre. La estructura de la Odisea
me sigue maravillando: la forma de despertar nuestro interés por Ulises
haciendo que los demás hablen de él sin presentárnoslo directamente; ese
flashback en la isla de los feacios en que nos cuenta sus aventuras más
fantásticas; y, sobre todo, el clímax largamente anticipado de la venganza
contra los pretendientes.
13.- ¿Ebook o en papel?
Me gusta tener
libros en papel, aunque últimamente he tenido que desprenderme de muchos por
falta de sitio. El ebook me resulta muy cómodo para anotar, hacer búsquedas,
para leer en la cama o incluso en la cinta de andar del gimnasio… Si la gente
comprara libros con él ya sería perfecto.
14.- ¿Qué relación te une con
Granada?
Mi madre y su
familia son de Órgiva, y pasaron mucho tiempo en Granada (que en mi familia
siempre se ha dicho Granáa, con las vocales muy cerradas). Me fascina su mezcla
de ciudad monumental, el paisaje de Sierra Nevada al fondo… y sus vinos y sus
tapas.
15.- ¿Qué te traes, actualmente,
entre manos?
Si todo va bien,
mi próxima novela publicada será El
último viaje de Alejandro Magno, continuación de Alejandro Magno y las águilas de Roma. Eso sí, no prometo que no
vaya a cambiar el título…
16.- Recomienda un libro para este
verano.
Bueno, ya entra
el otoño, pero… Uno de mis libros favoritos, El lazo de púrpura de Alejandro Núñez Alonso. Ambientado en el
Imperio romano en época de Tiberio, y digo en el Imperio porque su personaje,
el inolvidable Benasur de Judea (tan complejo, admirable y despreciable al
mismo tiempo como el Don Draper de Mad
Men) lo recorre de cabo a rabo.
17.- ¿Qué es para ti la novela
histórica?
Lo mismo que la
novela fantástica o la de aventuras en general: una ventana abierta para viajar
a otros mundos y conocer personajes más grandes que la vida. Como lector… y
como escritor.
18.- ¿Existe algún libro que no te
hayas atrevido a leer? ¿Puedes decirnos cuál y por qué?
¿Algún libro?
Unos cuantos, la verdad. El Ulises,
por ejemplo, porque por muy genial que fuera Joyce no creo que el esfuerzo me
vaya a compensar (otra cosa son sus relatos, como Los muertos).
Eso en cuanto a
gran literatura. Hoy día hay muchísimas cosas que no pienso leer, y creo que el
número irá en aumento. Siempre ha habido obras de poca calidad que se han
convertido en best-sellers, pero lo que está ocurriendo ahora es excesivo. Ya
he comentado lo de los pornodinosaurios, sin ir más lejos. Menos mal que ya hay
suficientes buenos libros escritos para ocupar muuuuchas vidas.
19.- ¿A qué escritor te gustaría
que enviáramos este cuestionario?
A León Arsenal. Gran
amigo, gran escritor. En sí mismo es un personaje tan fascinante como los que
aparecen en sus novelas.